Tuvimos dudas en cuanto a lo que íbamos a hacer con ella, pero llegamos a la conclusión que teníamos que dejarnos llegar por nuestro instinto y arriesgar. Así que nos pusimos manos a la obra con la inestimable ayuda de Ana, nuestra "becaria" tecetera ;)
Y así quedó la mesita pettit suisse ¡dan ganas de comérsela!
Y ahora, ¡a disfrutar del fin de semana!