De modo que para hacer las ruedas para juguetes se impone elegir maderas duras, que resultan más trabajosas de cortar, limar y pulir. Y por ello hay fabricantes especializados, que ofrecen ruedas en todos los diseños y diámetros para equipar coches, trenes y cualquier maravilla rodante. Los bricolegas jugueteros de pro querrán hacer personalmente sus propias ruedas, y por ello analizaremos la tarea en detalle.
Decidimos utilizar madera de haya para realizar las ruedas para juguetes, que se reveló muy adecuada para el cometido. De hecho, supimos después que es la variedad más común en el mercado de las ruedas de madera para juguetes. Como de costumbre en estos casos, procuramos aprovechar los cortes sobrantes de montajes anteriores para fabricar el juego de seis ruedas. ¡Lo vemos paso a paso!
Del montaje de una alacena nos quedaba en el taller una pequeña tabla de haya vaporizada, y es la pieza que hemos aprovechado. Elegimos el diámetro de las ruedas en función del grosor de la tabla, y montamos en el taladro la broca de corona adecuada.
Sacar seis cortes en una madera tan recia y compacta fue una dura prueba para un taladro de 700 watios. Recomendamos hacer esta faena con el taladro de columna: a igual potencia es mucho más eficaz por la precisión del avance, sin los inevitables movimientos del eje que sufre el taladro manual.
La broca de corona extrae piezas cilíndricas, y ahora tenemos que darles la forma adecuada. Comenzamos a biselar los cantos con el cuchillo de talla.
La herramienta que utilizamos en el siguiente peso es la escofina, la lima para madera. Fácilmente suavizamos los pequeños tajos del contorno, realizados con el cuchillo.
Hemos analizado la forma característica que tienen las ruedas de los juguetes, observando que la base tiene perfil muy redondeado. Eso disminuye la resistencia a los desplazamientos laterales, lo que dará al juguete mayor movilidad y un manejo agradable para los peques de pocos años.
Completamos el lijado con la mini herramienta Dremel, recordando el truco sencillo para montar los aros de lija en el mandril de tambor.
Vemos en la siguiente foto el cambio que hemos conseguido hasta el momento. La rueda de mayor diámetro es de sapelli, una madera que no dio buen resultado para este cometido.
Tras repasar los bordes con la lima fina para metales, observamos las piezas con ojo crítico, y llegamos a la conclusión de que todavía no parecen ruedas de juguete. Hay que repetir todo el proceso, volviendo a trabajar los cantos con el cuchillo para redondear más el perfil.
¡Esto ya es otra cosa! Una labor más decidida con el cuchillo ha permitido el satisfactorio avance. Ahora sí adivinamos la simpática forma de las ruedecillas propias de los juguetes de todo tipo, tanto los de madera como los de plástico.
Con redoblados ánimos, volvemos a empuñar la escofina y la lima, dando a la madera de haya la necesaria suavidad.
Ahora ya la Dremel completa el pulimentado. Recordaremos llevar la mascarilla en esta fase del trabajo, ya que el fino polvo de serrín puede ser muy nocivo por inhalación.
El entretenido rato de bricolaje nos deja en posesión de un juego de seis ruedas, que prestarán servicio en una flamante locomotora infantil a todo color. Eso lo veremos en otro reportaje. Mientras, ¿te animas a comenzar la tarea?