Ya conocéis el baúl de los libros, el baúl “grain sack” que se volvió compañero del perchero, el que forré de lino y el último donde pude rescatar las etiquetas de equipaje.
Hoy voy a hablaros del baúl donde está la TV en el salón. Cuando era pequeña, este baúl era donde guardaba todos mis juguetes; me acuerdo todavía de las veces que lo abría y cerraba para sacar y volver a guardar todo su contenido… Total, que necesitaba un poco de atención: como siempre la carcoma y ya de paso, retirarle la tela del fondo que mi madre puso en su día, tratarlo, lijarlo y encerarlo para devolverle la salud.
Para el interior: he utilizado betún de Judea, muy espeso, casi en estado puro. Hace mucho tiempo que no trabajaba con betún; terminé aparcándolo un poco porque a la hora de envejecer, las piezas quedan muy oscuras. Sin embargo, para este trabajo, me pareció buena idea.
Para el exterior, he hecho un poco lo mismo que para los dos baúles de viaje (fotos 1 y 3), fue un gran trabajo de limpieza y conservación: tratamiento anti carcoma, tres capas de imprimación todo-terreno para sellar la fibra de la madera, encerado de todo el sobre con la pistola de calor y refuerzo del fieltro debajo de los cuatro pies del mueble. ¡Ahora el baúl luce salud otra vez!
Anne
anne charriere