Esta es la mesa del salón antes de su lavado de cara. El sobre estaba estropeado, así que la mesa se pintó con chalk, y fue encerada. Ahora es preciosa. Un pequeño cambio puede suponer un resultado grandioso.
Como véis, ni siquiera se pintó toda la mesa, sino sólo la superficie.
Queda muy bonita con unos detalles románticos.
El nuevo color le da vida y la mesa deja de ser monótona.