Sin embargo, estas circunstancias son las que más nos animan a la hora de transformar un mueble, pues más sorprendentes quedan los resultados. Pintura a la tiza blanca, al gusto de su nuevo propietario...
..., y vía libre para el interior de los cajones. Nos decantamos por un color amarillo en consonancia con el papel elegido para forrar con decoupage la base de los mismos...,
¡Un precioso abecedario vintage!
Nos gusta cuando el interior sorprende por inesperado. No siempre nos piden terminar así los cajones pero, cuando lo hacen, es con lo que más disfrutamos.
También lo hacemos al envejecer ligeramente los muebles, son pequeños gestos que transforman...
Lo que hemos dicho, el resultado final sorprende ¿verdad?
Nos gustaría ver la cara que pondría su anterior propietario si viera lo que ha desechado...
Ya luce en casa de Graciano, que quedó encantado con ella.
¡Feliz fin de semana!