¿Sabes realmente cómo funcionan nuestras cerraduras? En este post vamos a hablar de las cerraduras más comunes, las de toda la vida (no las de puertas blindadas), es decir, las cerraduras de tambor de pines que son las compuestas de un mecanismo que usa pines de distintas longitudinales para evitar que el cerrojo se abra con llaves que no son la correcta debido a que cuando se introduce la llave adecuada todos los bombines quedan alineados por lo que la cerradura puede girar y así, dar paso a través de la puerta.
El mecanismo es simple y hemos visto muchas imágenes explicativas de este sistema. Te dejamos un .gif muy gráfico que muestra la simplicidad y a la vez genialidad del sistema. Cuando todos los pines se alinean el bombín finalmente gira.
Obviamente este sistema tan simple de cerradura ha desarrollado a su vez sistema muy fáciles para abrirlas. Muchos ladrones conocen el sistema “Bump Keying” que consiste en meter una llave limada y golpear la parte exterior de dicha llave e ir girándola a base de golpes poco a poco. Con este método el 90% de las cerraduras del tipo “tambor de pines” aunque también debemos decir que es un bonito método con el que se cargan la cerradura de la puerta además de conseguir abrirla (por lo que si alguna vez te abren la puerta de tu hogar con este sistema verás símbolos de forcejeo en la cerradura, al menos no es un sistema que no deje rastro).
Pero alejándonos de los ladrones los cuales parecen conocerlas todas, vamos a ver cómo podemos mejorar la durabilidad de nuestra cerradura y su uso.
Todos hemos sufrido el momento de ir a abrir una cerradura con la llave correcta y vemos que el bombín no gira, que está tan dura la cerradura que no hay manera de que vaya bien. Esto se debe a que el lubricante que contiene la cerradura ha sido eliminado casi o por completo. La solución es simple, hay que lubricar la cerradura.
Para lubricar la cerradura contamos con dos opciones diferentes, una más complicada que la otra pero soluciones al fin y al cabo.
La solución más compleja consiste es desmontar el cajetín y con la ayuda de un pincel engrasar el sistema con vaselina o aceite.
El segundo método mucho más sencillo es coger un lápiz de los del colegio, los típicos de grafito, y frotar su punta por toda la llave y seguidamente introducir ésta en la cerradura. Para ayudar a la cerradura debemos abrir la puerta varias veces seguidas. Lo que conseguimos con esto es hacer que el grafito se introduzca en los engranajes y acabe funcionando todo perfectamente ya que el grafito es un lubricante natural. De hecho, el uso del grafito como lubricante natural sólido es muy empleado en sistemas de ejes, engranajes o bisagras ya que no retiene el polvo y su durabilidad y resistencia es muy alta.
Ahora ya conocemos como funciona internamente tu cerradura, como pueden transgredir tu cerradura y como ayudar para que siga funcionando perfectamente durante más tiempo. Obviamente este tipo de cerradura es muy simple y cada día van mejorando sistemas de seguridad y éste acabará relegado al olvido pero hoy es día aún es muy usado.