En este estado fue en el que llegó a nuestras manos:
Paso más de un año hasta que, por fin, llegó el momento de comenzar con su restauración.
Como siempre, lo primero fue evaluar los daños y falta de componentes, en este caso la BH estaba completa a falta de la llave que nos permite plegarla.
Suciedad, polvo, telarañas, etc. muchos pensarán que más que un regalo era una venganza pero,como bien sabéis, nosotros creemos en las segundas oportunidades y en esta ocasión no iba a ser menos:
Tras ver que su estado no era tan malo como parecía, nos decidimos a desmontar. No sin antes asegurarnos de haber rociado bien todo con desincrustante tipo "3en1":
Aquí debemos hacer un inciso que en otras restauraciones hemos pasado por alto. Mucha gente nos ha preguntado acerca de ello y nos ha parecido oportuno explicar este paso, se trata de cómo sacar la horquilla cuando la arandela no está en su posición original.
Si os fijáis en la foto, la arandela tiene una muesca que encaja con la muesca de la horquilla, en este caso no están centradas por lo que nunca saldrá la arandela y, por tanto, no podremos sacar la horquilla:
Para que la horquilla salga tenemos que hacer coincidir esas dos muescas para poder sacar la arandela primero. Para ello podemos ayudarnos de unos alicates de pico de loro:
Hasta conseguir que queden totalmente centrados:
De esta forma la arandela saldrá fácilmente hacia arriba y nos permitirá sacar la horquilla y seguir con la restauración.
Aquí podéis ver el exceso de grasa que tuvo en su época:
Tuvimos alguna dificultad a la hora de desmontar los pedales de las bielas, estaban excesivamente duros. Así que decidimos trabajar mas cómodos en nuestro torno de banco:
Protegiendo la biela para no marcarla por el torno, sujetamos bien la bicicleta y usamos nuestra llave de pedales:
Aunque en esta ocasión fue en vano, no conseguimos sacarlos y, ante el riesgo de hacernos daño, decidimos desistir y restaurar los pedales montados. Pero, este pequeño contratiempo no hizo más que darnos más fuerzas para continuar con el desmontaje de nuestra pequeña:
Llegó el momento de limpiar, pulir y abrillantar esta preciosidad:
Los cromados siempre son "duros de pelar":
Tras unas horas puliendo y limpiando el resultado es mejor de lo esperado:
Una vez tuvimos todas las piezas limpitas y brillantes, había llegado la hora de comenzar el montaje:
Una vez más utilizamos el ingenio y nuestro espíritu ahorrador salió del fondo de un cajón, donde guardamos los restos de las cadenas nuevas. Hemos ido guardando los sobrantes de las cadenas nuevas de las bicicletas que restauramos para algún día utilizarlas. Ese día había llegado y esta pequeña BH iba a montar los fragmentos de las cadenas que habían devuelto a la vida a muchas de sus amigas bicicletas:
Como siempre usamos las mismas cadenas no hubo ningún problema:
Una vez colocada y ajustada la cadena, llegó la hora de los frenos. Las zapatas delanteras se colocaron nuevas pero, las traseras estaban aún por gastar:
Así que, optamos por la mejor solución, limpiar los soportes y cambiar las tuercas y conservar las zapatas traseras:
Ya casi estaba terminada, sólo faltaba ajustar y algún que otro detalle, entre ellos añadimos un faro delantero de una bicicleta de mayor tamaño. Aún no es definitivo porque tenemos varios más, así que puede que actualicemos esta entrada:
Y por fin salimos a nuestra calle favorita a fotografiar esta pequeña pero robusta bicicleta:
Los puños estaban algo tocados, así que decidimos colocarles unos tapones de manillar de carreras:
Los pedales tampoco quedaron tan mal después de todo:
Y aquí junto a su compañera de exposición y próxima protagonista de "Las bicis de Restore-Its!":
Por si os lo habéis preguntado, sí... soportan el peso de un adulto!
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