Así que me metí en faena, y como se puede apreciar, el resultado es robusto. Y ese es casi el único adjetivo agradable que se le puede dar, aunque funcional, lo es. Las uniones de los distintos elementos que componen las estanterías están echas con cola y tubillones (espigas también se llaman). Las espigas, por consejo de mi padre, también están hechos manualmente, mediante el sistema de "convencer" a una tira de madera, que tiene que pasar por una agujero echo en una chapa metálica gruesa. El sistema funciona, como se puede apreciar en alguna foto, y es una satisfacción añadida, a la fabricación de la estantería.
Los adornos y calados están hechos con sierra y lima, con más ganas que arte, y la madera de palets. El acabado de la madera, si no recuerdo mal, fue un barniz, normal y corriente, al que con posterioridad se le a sumado la "grasilla" propia de una cocina. Le da una patina muy original.
La lámpara que se ve en la estantería grande, no es parte del equipamiento de serie, fue una solicitud del departamento de I+D (dirigido con mucho éxito por mi esposa) para poder cocinar viendo lo que se cocina. Todo un descubrimiento. Por supuesto, la lámpara es un aplique, del que se ha aprovechado al portalámparas que se ve, y la varilla de acero, es una pieza de maquinaria de oficina (una fotocopiadora). Se pueden apreciar las espigas que unen la base con el frente de la estantería.
Detalles del lateral izquierdo
Detalles lateral derecho.
Otro tipo de estanteria.
Y poco más se puede decir de estas estanterías. A pesar de no ser una maravilla, ha pasado por el control de calidad de la dueña de la casa, ya que llevan colgados más de 20 años y no hay queja. Espero que estas imágenes sean útiles a alguien. A alguno le puede servir para una idea propia, a otros para copiarla, y me imagino que también habrá una multitud a los que les servirá de ejemplo de lo que nunca se debería de hacer y no lo harán.
A todos, los unos y los otros, gracias por perder algo de tiempo viendo esto, y hasta la próxima.