Me gusta mucho la idea de los estantes para libros invisibles, así que me he creado el mío de la forma más sencilla y económica.
He atornillado un ángulo a la pared
He colocado un libro suficientemente gordo y ancho para que el ángulo quede escondido. La tapa inferior la he pegado con un trozo de cinta al aluminio.
De esta forma no queda visible por ningún lateral.
Ahora que he hecho la prueba en el trabajo, este fin de semana me lo colocaré en casa.