El espejo estaba roto en la parte del espejo y en la parte del marco, que también es de espejo.
Primero le quité el color dorado que tenía en la parte de madera pero le dejé los embellecedores de latón. En el espejo del marco le puse una especie de craquelador de cristal en color blanco para que disimulase la raja
Y, en efecto, la raja casi no se nota.
Le puse un espejo nuevo por cinco euros y me quedó divino.
Lo coloqué en la escalera que va a la buhardilla de la casa de mis padres.
Un arreglo barato con el que quiero participar en el finde frugal de Marcela. Espero que os guste.