Los trabajos de fontanería suelen parecer, a nuestro ver, mucho más complicados de lo que en realidad luego cuesta llevarlos a cabo. Entre herramientas y materiales nos complicamos y acabamos encauzando el trabajo hacia el sistema de mayor dificultad. Sin embargo, estas tareas pueden tener soluciones mucho más sencillas. Es el caso de tuberías en las que el agua no tiene salida y pretendemos agilizar su conducción, algo que puede ocurrir en el lavabo, la bañera o con una lavadora.
La labor puede parecernos más confusa cuando no conocemos bien las piezas y materiales. Conseguir dar salida al agua sin causar destrozos es tan sencillo como proceder a la instalación de un grifo en la tubería correspondiente y así controlar la salida del líquido. Para hacerlo de la forma más fácil y rápida, sólo tienes que seguir los consejos que te damos.
Primer paso: lo primero y más destacable será disponer un grifo perforador en la tubería más cercana a la toma de agua de la lavadora. Para ello conviene desenroscarlo de la abrazadera y unir ésta al tubo que conduce el agua.
Segundo paso: es importante que aprietes bien los tornillos para la que la junta no se mueva, ya que de ella va a depender la sujeción y la seguridad que ofrezca el grifo en cuestión. Lo mejor es pegar con silicona esta parte y asegurar con ello la hendidura del tubo.
Tercer paso: para que ejerza su función, el grifo debe estar bien atornillado, por tanto, comprueba que no se mueva y que la pieza encaje perfectamente, sin dar opción al giro. Una vez bien atornillado, ajusta la tuerca del grifo en vertical mientras sujetas para evitar que quede descolocado.
Cuarto paso: por último, asegúrate de que la junta está perfectamente estabilizada antes de ajustarle la rueda dentada y a continuación comprueba la conjunción de todo lo instalado para asegurarte de que has hecho un buen trabajo.
Flexibilidad en la tuberías
Los profanos en la materia pueden encontrar en el tubo flexible un aliado indispensable para solucionar muchos problemas de fontanería. Estos tubos, además de ser mucho más fáciles de utilizar, sirven para alargar cualquier grifo o conducto. Además, es fácil encontrarlos en cualquier tienda.
Otro de sus usos más interesantes es que, ajustando el anillo intermedio a este tipo de cañería, se ejerce una presión que fija ambos aparatos y evita que algún elemento sea arrancado, luchando así contra cualquier escape de agua. Sin embargo, para ello es importante que el material de los tubos sea liso y que tanto el diámetro interior como el exterior encajen perfectamente.
Para evitar que la pieza se desconecte, te aconsejamos que los cortes de los conductos estén en línea recta. Con ello solucionarás tanto posibles pérdidas de presión como corrosiones inesperadas.