El primer cambio que le vamos a realizar es añadir un cesto o cubo al centro, para guardar las pinturas. Para ello, lo primero que tendremos que hacer es medir el diámetro de la base del cubo o cesto y marcarlo en el centro de la mesa. A continuación, con ayuda de una taladradora y una sierra de calar, realizaremos el agujero en el centro de la mesa. Para medir el tamaño del mismo, hay que tener en cuenta que quepa el cubo pero que los bordes superiores se mantengan para que así se sujete solo.
Una vez hemos hecho el hueco en el centro de la mesa, lijaremos bien los bordes y procederemos a pintarla. Para ello, hay que limpiar bien la madera con jabón y agua caliente. A continuación, si la madera tiene barniz, pintura o impurezas, antes de aplicar la pintura será necesario lijarla. Por último, le aplicamos la base de pintura.
Cuando la pintura se haya secado, podremos aplicar el toque final, que consistirá en pintar la superficie con pintura de pizarra.
Además, si queréis acompañar la mesa con un asiento, que mejor que un pequeño banco. Es muy sencillo, podéis encargar que os corten las maderas a medida, teniendo en cuenta que necesitaremos una madera que tenga el largo aproximado de la mesa, dos maderas que hagan de patas, en cuya base podemos realizar un corte en forma de V, y un listón para unir ambas patas.
El montaje del banco es muy sencillo: atornillamos en primer lugar el listón a las dos patas y, cuando estén bien sujetas, añadimos la base y atornillamos bien. Previamente, a gusto de cada uno, podremos haber pintado las maderas del banco del mismo color que la mesa.
¿Qué os parece? ¿Os animáis?