Las bobinas de cable que vemos en muchas obras pueden convertirse en excelentes mesas de jardín, mediante una sencilla labor de reciclaje. Dada la enorme solidez de su construcción, reciclar bobinas de cable, a diferencia de los palets, no se desarman para fabricar otros elementos con los materiales, y mantienen casi siempre su forma original.
Una cosa sí tienen en común con los palets: los estragos en la madera son más aparentes que reales, de modo que una limpieza a fondo y un producto nutriente convertirán la bobina más achacosa en una pieza decorativa. Para empezar a reciclar las bobinas de cable debemos lijar y aplicar cera o aceite, una opción de atractivo resultado es revestir la bobina con gresite, consiguiendo un elemento muy alegre y juvenil.
Bancos de trabajo para exterior
Otra diferencia con los palets al reciclar bobinas de cable es que las bobinas son mucho menos abundantes, y deberemos emprender activas gestiones para conseguir una. Merece la pena: una bobina de cable instalada en el jardín, a la sombra de un arbolito, es la infraestructura ideal para pasar en primavera magníficos ratos, abordando esas tareas que tanto nos agrada realizar al aire libre.
Después de lijar bien todas las tablas, aplicaremos un lasur, acabado a poro abierto muy preferible al barniz en la madera de exteriores. Para evitar la humedad permanente en la base, lo que provocaría el irremisible ataque de hongos, excavaremos el suelo hasta unos 25 cm y lo rellenaremos con guijarros, procurando así un buen drenaje además de cierta ventilación.
Las recias plataformas permiten abordar las faenas más duras, como cortar madera con el serrucho, sin que se resienta la estructura. Las bobinas se prestan de maravilla a servir en muchos hobbys como 'mesa de quirófano', a medias entre el banco de trabajo y el mueble de jardín. Así lo pudimos ver en un club de aeromodelistas, que tenían bobinas recicladas como prácticos hangares junto a la pista de vuelo.
Decorar las bobinas con gresite
Las polvorientas y toscas bobinas se convierten, como la calabaza de la Cenicienta, en piezas refinadas y vistosas mediante un revestimiento de cerámica, habitualmente gresite. Ejemplos excepcionales son las mesas de Zenaida (foto del comienzo), quien para hacerla más cómoda le añadió una base giratoria central, y la de Vacky, en un llamativo diseño multicolor.El plan de Noerodriguez era convertir la bobina en mesa de salón, y apostó por otra idea decorativa también muy acertada. Después de tapar los agujeros con pasta de cola y serrín, dio una imprimación selladora, y, dado que las bobinas pesan mucho, más de 100 kilos, le puso ruedas en la base, para moverla fácilmente cuando toque limpiar y también cuando quiera cambiarla de sitio. ?Te animas también a reciclar una bobina de cable?