Desde hace unos años, el papel pintado está muy de moda gracias a su versatilidad en la casa, el salón o las habitaciones hasta la cocina o el baño (sí, sí, el baño también). A pesar de que, normalmente, nuestros baños están decorados a base de azulejos, el papel pintado o vinilo es otra muy buena opción, sencilla de limpiar y sobre todo económica, que permite cambiarlos cada vez que nos cansemos de tener la misma decoración.
Para poder poner el papel pintado en el baño, necesitamos retirar los azulejos, con ayuda de un martillo y cincel. Una vez que los quitemos, debemos sanear completamente la pared, para poner el papel sobre una pared perfectamente lisa. Con ayuda de un poco de pasta niveladora, cubriremos los pequeños agujeros o desconches que tenga la pared y lo alisaremos con ayuda de una pequeña lija.
El siguiente paso es medir bien el espacio que tenemos para poner el papel pintado. Tenemos que tener en cuenta que el papel pintado ha de aguantar específicamente la humedad y el calor. Debemos dejar un margen de cinco centímetros en cada extremo, para poder repasar la medida si nos hemos equivocado. Cuando tengamos la medida lista, empezaremos a preparar la cola para papeles pesados, siguiendo las instrucciones de los fabricantes.
El último paso es aplicar, con ayuda de una brocha, la cola en la parte posterior del papel, doblándolo después sobre sí mismo para que se reblandezca unos cinco minutos antes de colocarlo en la pared. Ya solo nos queda poner el papel sobre la pared y alisarlo cuidadosamente con ayuda de un rodillo que nos suavice correctamente los bordes.
¿Has utilizado papel pintado para el baño?
Imagen: Kaffeine