Seguramente, alguien de tu familia o de tu círculo de amigos está enfrascado con el bricoleo y los preparativos de una boda. !Ya sabemos el cúmulo de engorros que ello supone! ?Has pensado que con tu experiencia de bricolaje le aportarías una gran ayuda? Obviamente, tus labores se centrarían en el lugar del banquete, especialmente si se celebra en el jardín de una casa.
!Ponte las pilas para emprender las tareas del bricoleo! Con buena organización y algún ayudante podrás abordar una completa agenda de mejoras en pintura y albañilería. Bajo tu experta dirección, muros blanqueados, puntos de iluminación y diversos montajes sencillos darán vistosidad y elegancia al recinto más humilde, sin apenas realizar desembolsos. Te indicamos un variado lote de faenas que puedes asumir.
¡Todo listo para recoger a la novia! Muchos familiares participaron en las tareas decorativas y bricoleo de esta casa de campo, donde se celebró la boda. Las vigas y todo el maderamen están impecables, por supuesto se pintó la fachada, las piezas de metal fueron tratadas con desoxidante, y se instalaron apliques por todos sitios para poner flores y ramas con frutos.
Un capítulo esencial, el coche de la novia. Con frecuencia, alguien dispone de un vehículo clásico pero lo tiene en mal estado de conservación. Lo dejaremos como nuevo abrillantando los cromados, dando pulimento a la pintura de la carrocería y nutriendo el cuero de los asientos.
Un accesorio que se monta en el taladro hará que lustrar la cera sea un juego de niños.
Los retoques de pintura son el trabajo esencial en muchas zonas de la celebración. Dado que dichas tareas se harán preferiblemente en el exterior, para realizarlas sin estorbo en el plazo requerido consultaremos los partes meteorológicos.
Si la boda se celebra en una casa de campo, cuidaremos los detalles desde la misma entrada del camino. Pilares de obra y verjas metálicas quedarán de punta en blanco con una mano de pintura. También es habitual poner algún pequeño ramo de flores.
A menudo, una pieza anodina del jardín se convierte en el adorno protagonista con sólo una sesión de experimentado bricolaje. Prestemos atención sobre todo a las fuentes y otros elementos acuáticos, como estanques y albercas. No olvidaremos limpiar también por dentro si presentan verdina.
Un capítulo fundamental, sobre todo pensando en las personas mayores, son las luces de exterior para indicar la presencia de escalones y bordillos, evitando cualquier riesgo de golpe o caída. No son raras las bodas donde alguien sufre un doloroso accidente por ese motivo, que se podría haber evitado con toda facilidad.
Puertas, ventanas, postigos, vigas, celosías, pérgolas y cualquier elemento de madera debe ser adecentado para la ocasión. Con darles simplemente aceite de linaza exhibirán un acabado lustroso y elegante; podremos, además, utilizar el mismo producto en suelos de barro.
Las carpas que cubren las mesas son muy necesarias tanto en tiempo lluvioso como cálido. Si sólo las alquilamos y las montamos por nuestra cuenta, ahorraremos una partida a la organización. Una alternativa que da buenos resultados es instalar toldos de lona acrílica.
Otro detalle que ilusionará a la novia es un pequeño cofre, donde guardar los típicos recuerdos para las invitadas: jaboncitos, abanicos, alfileres, marcapáginas... Fabricaremos el cofre en madera de pino, que podremos teñir con betún de Judea para darle apariencia más antigua.
Por último, recordemos siempre que el mejor adorno en una boda son las flores. Nuestra colaboración en este capítulo será aguzar el ingenio, escudriñando el jardín y las inmediaciones, para descubrir qué cachivache servirá como espectacular florero. Y si hay establos o cuadras, posiblemente nos esté esperando allí un viejo carro, que rejuvenecerá como el árbol del poema convertido en un adorno absolutamente genial.