Los Salvamanteles es una excelente opción para evitar cualquier peligro con nuestros manteles. Puesto que, con frecuencia, después de realizar un alicatado en la cocina o el baño nos sobra un puñado de azulejos. Debemos guardarlos para tener repuestos a mano si alguna vez hay una rotura. Y de paso, podremos "sisar" una pieza del conjunto para realizar esta sencilla manualidad que os proponemos.
Aprovecharemos la extrema dureza de los azulejos para fabricar una de las piezas más sufridas del menaje: es decir, el práctico salvamanteles, cuya función es recibir en la mesa fuentes recién sacadas del horno, preservando el mantel y la mesa. También podemos utilizarlo para proteger de ollas y cazuelas nuestra encimera de silestone, material vulnerable al calor."
Aquí tenemos los dos materiales que necesitamos para fabricar un sencillo salvamanteles, un listón de madera y un azulejo. Debemos procurar que el listón tenga mayor grosor que la pieza de cerámica.
Para hacer el salvamanteles es necesario que uses el azulejo que ha de quedar perfectamente inscrito en el marco de madera, de modo que realizamos una cuidadosa medición. Como el azulejo mide 15 cm de lado, daremos 1 milímetro más a cada lado del listón.
Hay que efectuar los cortes con mucha exactitud, de modo que ponemos el listón en la guía para ingletear y lo cortamos con el serrucho de costilla, más preciso que el normal.
Al presentar el marco, vemos que no queda bien escuadrado. Hemos medido y cortado bien la madera, de modo que ?el culpable? es el azulejo, que por su antigüedad tiene medidas irregulares.
Con una lima fina trabajamos los bordes del azulejo cuidadosamente, para acercarnos en lo posible a un cuadrado perfecto.
Para completar el ajuste conviene limar también los cuatro listones. De esta forma igualaremos uno de los extremos, y podemos enrasar las cuatro piezas por el extremo opuesto.
Ponemos el azulejo del revés, para que al final quede nivelado con el listón. Damos adhesivo de montaje en los bordes, encajamos el marco alrededor y ponemos en cada esquina un ángulo de contrachapado.
La lija de taco es la herramienta ideal en el acabado de las pequeñas piezas. Además de quitar las astillas y asperezas para manejar el salvamanteles con seguridad, dejaremos las esquinas redondeadas.
El marco presenta un satisfactorio pulido, y el adhesivo de montaje rellena bien los encuentros. Hemos visto que la madera de color caramelo combina bien con el añil del azulejo, así que barnizaremos el marco en esa tonalidad.
Hemos escogido un barniz marino, que según la etiqueta es ?muy duro, elástico y de buena resistencia al agua?. Además tiene alto brillo. Lo aplicamos después de delimitar la madera con la útil cinta de carrocero.
Y por fin hemos terminado nuestro, salvamanteles, bonito, sencillo y barato. La madera así barnizada resistirá tanto como el azulejo, y se irá embelleciendo con el uso.