Hace años que adquirí unos cuantos módulos de la emblemática librería Billy de Ikea para la habitación que usamos como despacho. Empecé con un par de librerías en color abedul y, conforme se nos fueron quedando pequeñas, ampliamos la familia a dos más en color rojo.
En principio esta composición me resultó divertida pero con el tiempo todo cansa, me apetecía renovar las librerías pero no quería hacer el gasto de cambiarlas por otras, además de que estaban nuevas como el primer día y era una pena desecharlas sin más.
Un día navegando por la red fui a dar con el blog Home Stories A to Z, concretamente con este hack de la famosa librería Billy de Ikea. El tuneo consistía en eliminar la trasera para que se viera la pared de ladrillo del fondo. Además se colocaron unas molduras tanto en la parte superior, como en la inferior y en las separaciones entre librerías. El resultado final sencillamente me encantó.
Así que me puse manos a la obra y compré los siguientes materiales:
- Esmalte especial para azulejos, unos 14 ? un bote de 750 grs (utilicé 2,5 botes para toda la librería).
- Rodillos de espuma poro 0, existen de varios precios pero suelen rondar los 2/3 ?. Es mejor comprar varios porque entre mano y mano se secan y luego no pintan tan bien.
- Papel pintado imitación ladrillo, el modelo que compré me costó 10 ? (rollo de 53 cm x 10 metros) y utilicé un rollo y medio.
- Un paquete de cola (unos 4 ?).
El siguiente paso fue vaciar la librería y limpiarla bien con alcohol de quemar y así mejorar la adherencia de la pintura.
Seguidamente le di una mano de esmalte especial para azulejos, sin lijar previamente ni aplicar imprimación ya que la composición de este tipo de pinturas hace que se adhiera a la superficie directamente.
La idea de pintar un mueble de melamina con pintura especial para azulejos era un poco arriesgada, no sabía cómo iba a quedar pero pensé que si este tipo de pinturas se fijaba bien al azulejo, en principio no tenía por qué dar problemas a la hora de aplicarla a otro tipo de superficies que también necesitan imprimación.
Como se puede ver en la foto anterior, con la primera capa todavía se notaba el color de fondo de la librería (sobretodo la roja), pero con una segunda mano quedó perfecta. Es muy importante utilizar un rodillo de espuma de poro 0 para conseguir ese acabado liso y similar al acabado alto brillo de otras librerías de Ikea (por ejemplo la Expedit).
Una vez se hubieron secado las dos manos de pintura, forré la trasera con el papel pintado.
Estuve dudando si pintar o no los estantes pero finalmente no lo hice porque de esta forma me parecía una librería más urbana frente a la otra versión más clásica.
Siempre digo que es muy importante respetar los tiempos de secado indicados por el fabricante pero en este caso más si cabe ya que este tipo de esmaltes se secan desde fuera hacia dentro, es decir, que a las pocas horas parece seco al tacto pero la capa que está en contacto con la superficie todavía no ha alcanzado su adherencia máxima y podemos levantar la pintura al colocar los estantes.
Por cuestión de espacio, desmonté y pinté los módulos de dos en dos. En la siguiente foto se puede ver todo el conjunto pintado y montado a falta de colocar los estantes, libros, cajas, etc.
Y en esta foto vemos el resultado final.
Por unos 60 ? le hemos dado un giro de 180º a nuestra librería Billy de Ikea ¿no os parece?