Durante los meses más fríos del año, el hogar se convierte en el mejor lugar para permanecer en calor. Los sistemas de calefacción que instalamos en nuestras casas nos proporcionan confort y agradables temperaturas mientras en el exterior la lluvia y el viento enfrían a los paseantes. Pero, para poder disfrutar de espacios cálidos durante todo el invierno, es necesario que revisemos la caldera antes de encenderla.
Aunque es recomendable realizar esta tarea una vez al año, sólo estamos obligados a llevarla a cabo cada dos temporadas por medio de la empresa que nos la instaló. A pesar de todo, cualquier anomalía que observemos en el funcionamiento de los sistemas de calefacción debe ser comunicada a la compañía del gas o la marca a la que compramos la caldera.
Algunas tareas que puedes hacer tú mismo
La caldera es el corazón de la instalación de calefacción en los hogares, de su correcto funcionamiento depende que el agua que corre a través del circuito de radiadores mantenga la temperatura correcta o de que disfrutemos de duchas calientes nada más levantarnos. Si esta sucia o cualquiera de sus componentes no se encuentra en buen estado, puede ocasionar algún problema.
Utilizando agua jabonosa podemos comprobar si existe alguna fuga de gas en nuestra caldera. Solo tendremos que pulverizar el líquido sobre las tuberías y prestar atención al efecto. Si comenzaran a aparecer burbujas, tendríamos que llamar al servicio técnico para que revisara la instalación y solucionara la avería.
En el interior de la caldera, pueden acumularse restos de polvo u hollín. Con cuidado y ayudándonos de un paño, tendremos que eliminar cualquier resto de suciedad para evitar que obstaculice la respiración. Si encontramos piezas desgastadas, no intentaremos sustituirlas nosotros mismos, esta es tarea para un profesional que, además, utilizará los recambios propios de la marca.
Podemos encender la calefacción los primeros días que notemos que la temperatura ha bajado, aunque no sea necesario calentar la casa. Así, comprobaremos que, una vez que llegue el verdadero frío, nuestra caldera no nos fallará.
El circuito de radiadores
Por otra parte, también es necesario que revises todos los tubos que recorren la instalación. Comprueba que no pierdan agua: pasa la mano o un paño seco sobre ellos. No olvides repasar también que las llaves de todos y cada uno de los radiadores están cerradas.
Antes de poner a funcionar tu calefacción, debes purgar los radiadores, es decir, extraer el aire que haya podido acumularse dentro. Es una tarea muy sencilla: abre la llave de cada calefactor mientras sostienes un vaso bajo ella, oirás salir el aire y, a continuación, verás caer agua en el recipiente. Después de que hayan salido algunas gotas, cierra la llave y repite la operación en otra habitación.
Cada cinco años es necesario cambiar el agua que recorre los tubos del circuito. Utiliza cubos y paños para extraer el contenido. Una vez vacío, enciende la caldera para que los conductos vuelvan a llenarse.
Consejos para un correcto funcionamiento
Para que disfrutes al máximo de los beneficios que te aporta tu sistema de calefacción, te recordamos algunos puntos que debes tener en cuenta:
* Si no vas a utilizar la instalación durante un tiempo, lo mejor es que mantengas la llave general cerrada. Además, si no tienes en funcionamiento todos los radiadores, también es conveniente que su llave de paso no esté abierta.
* El mantenimiento y la revisión de la caldera siempre debe realizarlos el servicio técnico de empresas autorizadas. No intentes cambiar tú mismo partes de la misma.
* La temperatura ideal de la casa oscila entre los 21 y 22 ºC durante el día, y entre los 16 y 17 ºC por la noche.
* Pintar los tubos del circuito hará que se mantengan en buen estado. Utiliza pinturas resistentes al calor.
* No cubras los radiadores, perderás la energía calorífica de los mismos.
* Deja libres rejillas de ventilación.