¿Alguna vez se os ha ocurrido limpiar un ladrillo? ¿Cómo lo habéis hecho? No es lo habitual, puesto que normalmente sólo tenemos ladrillos en la fachada de nuestra casa y la labor de limpieza de esa zona de nuestra vivienda no nos suele corresponder. Sin embargo, el ladrillo es un material que suelta mucha salitre y termina creando manchas, por lo que si tenéis alguna viga de ladrillos en el interior de vuestra casa o simplemente vivís en una casa particular y la fachada corre de vuestra cuenta no está de más limpiarlo de vez en cuando.
Es muy sencillo, lo primero que tenemos que hacer es elaborar una 'masa' para poder reparar las juntas de los ladrillos que se hayan deteriorado. Ésta debe estar compuesta por tres partes agua por una de cemento, aunque podemos ir añadiendo agua según veamos que queda demasiado espeso.Para poder aplicarlo lo primero que debemos hacer es humedecer la superficie y con ayuda de una llano iremos aplicando la mezcla. Por último, con un trapo viejo quitamos el exceso de cemento.
Una vez que seque tenemos que limpiar los ladrillos, para lo que necesitamos un limpiador jabonoso específico para muros y ladrillos (podemos encontralo en cualquier centro de bricolaje). Con la ayuda de una brocha de las mismas que utilizamos para pintar podremos añadir el limpiador hasta que se hayan borrado las manchas de salitre que hayan y luego dejaremos que se seque durante un día entero.
Por último, si queremos dar un buen aspecto a nuestros ladrillos lo más adecuado es aplicar una capa de barniz, eso sí un barniz adecuado para cemento, no sirve el de la madera. Es algo aún más liquido pero si lo agregamos correctamente en el sentido del orden del ladrillo no quedara ninguna mancha o marca.
Sencillo, ¿verdad? Con sólo tres pasos podemos dejar nuestros ladrillos como nuevos y sin manchas de salitre que pueda perjudicarlos, ¿os animáis?
Imagen: mord/flickr