Al sustituir el calentador, y tratarse de un modelo muy antiguo, el fontanero voy la necesidad de modificar las tuberías del agua. Como el fontanero, además de fontanero es un amigo, decidió que tapar los agujeros resultantes de la molificación, serian un buen entretenimiento para mi. Y si, lo hubiera sido. Pero como en el mus, te envidan y tu sueltas el órdago. Te vienes arriba. ¿Y si....? Y aquí esta el resultado.
Empezamos por el frente del fregadero, que era el lugar donde empezó todo, los agujeros de las tuberías.
Ponemos una tira de aglomerado, resto de alguna otra labor, atornillada a la pared, para hacer la base de las baldosas.
Esta base nos servirá para mantener el nivel y para
sujetar las baldosas durante el fraguado del cemento cola. Luego se retira.
Los cortes en las baldosas, que siempre habrá que hacer alguno, los hicimos con una amoladora de mano. Fue el día que decidimos que, casi mejor que nos compramos un cortador de baldosas. Tira polvo como cosa mala, y luego sigue saliendo polvo rojo durante muchisimo tiempo.
El remate superior de plástico, cumple una función importante, un remate mejor que el que seria capaz de hacer yo. Solo es necesario tener cuidado en los empalmes de las esquinas.
No he comentado que despues de eliminar el vinilo, se pica la pared, para que el cemento cola agarre bien en el momento de poner las baldosas. Para esta labor, nada mejor que la mano firme y delicada de la señora de la casa. Como el espacio es mínimo, hay que ir haciendo las cosas por zonas. Por eso acabamos un frente, antes de empezar el siguiente.
La colocación de las baldosas precisa de unos pocos pasos, pero importantes. Humedecer la zona, esparcir el cemento cola en la superficie que va a ocupar la baldosa, y se coloca la baldosa. Con la ayuda de un nivel, hay que conseguir que este nivelada horizontal y verticalmente. Y mantener este nivel en todas las baldosas, según se van poniendo.
Las cenefas son quizás mas importantes que las mismas baldosas, ya que de por si, están diseñadas para llamar la atención, y si no están bien puestas, se notan mas.
Y aquí tenemos el resultado final. Ya en uso, y protegiendo la pared de salpicaduras de agua y grasa.
Este trabajo en equipo ha sido
algo mas que gratificante. El reto era hacer algo que no habíamos hecho nunca, entre los dos, y el resultado a sido satisfactorio. Solo hay que tener cuidado con los detalles. Mucha paciencia, ninguna prisa, y la seguridad de que lo vas a conseguir.
Y la ventaja mas importante es que.... no te vas a cabrear porque el albañil que te ha hecho el trabajo, no lo ha hecho bien.
Y esto es todo por hoy. Animaros, si tenéis que hacerlo, no dudéis en intentarlo. Hay muchos vídeos en Internet que os pueden guiar mejor que yo, los centros de bricolaje tienen personal que pueden explicaros las características y usos de los materiales, y la satisfacción personal de hacerlo uno mismo, no tiene precio. Y las herramientas extra que tengáis que comprar, las amortizáis con este primer trabajo.
Hasta otra.