La idea la tenía clara, lo que me faltaba era el tiempo necesario. Restaurar un mueble no implica únicamente pintarlo, a no ser que esté impecable. Estas mesillas no estaban mal del todo, pero los sobres y el costado de una de ellas estaban muy deteriorados, con lo cual, ha habido que darle a la lijadora a base de bien. Además, ambas tenían montones de agujeritos de clavos y algún desconchón que otro que ha habido que enmasillar. En todo esto, a lo que hay que añadir una limpieza intensiva, es en lo que más tiempo hay que invertir.
Aquí ya están lijadas y enmasilladas. Para no variar, se me olvidó hacer una foto previa.
Una vez bien preparadas, es el momento de comenzar con la pintura. A mí me gusta tapar las molduras inferiores mientras pinto puertas y costados, porque es fácil que se lleven algún brochazo que otro o que la pintura se vaya acumulando en la parte inferior. Ya sabéis que la pintura a la tiza seca rapidísimo, y si no nos damos cuenta de ir extendiendo esas acumulaciones o marcas, después sólamente podremos quitarlas a base de lija. En fin, con la experiencia, cada uno va adquiriendo su forma de trabajar.
Es importante lijar suavemente las superficies pintadas entre capa y capa, para que la pintura vaya quedando más uniforme y suave. Después de la última capa, si queremos desgastar alguna zona, haremos un lijado más enérgico con una lija de grano medio. En el resto, lija de grano fino.
Las patas son mis "víctimas" preferidas para el desgaste.
Después, dos capas de barniz incoloro. En los muebles siempre utilizo barniz ultramate, aunque esa, por supuesto, es una cuestión de gustos.
El sobre lo quería dejar al natural, pero la madera me resultaba demasiado clara, así que la he teñido ligeramente con nogalina, para subir uno o dos tonos, no más. El problema es lo reseca que estaba la madera... me ha costado manos y manos de cera y estopa que quede nutrida y suave.
Después, también lo he barnizado. La cera protege, pero como las mesillas van a estar en el dormitorio de mi hija, he preferido darles una protección extra para evitar que la madera absorba manchas. Ya sabéis, ellos dejan cualquier cosa donde les viene bien, no son excesivamente cuidadadosos que digamos. Aunque para ser sincera, en ese sentido no tengo demasiadas quejas de mis hijos.
Otra cosa que tenía clara sobre las mesillas, era estarcir algún motivo en el frente, de forma que tuviese continuidad en las dos puertas. Después de darle bastantes vueltas, encontré justo lo que quería entre la amplísima selección de Momentos Vintage.
Por cierto, esta cinta adhesiva de la marca Miarco es buenísima. Tiene gran adherencia y no deja traspasar nada de pintura; es fantástica para trazar rayas por ejemplo, o para proteger zonas que no queremos pintar. Sin embargo, no levanta en absoluto la pintura cuando se retira, podemos hacerlo con total tranquilidad.
Los estarcidos generalmente me gustan poquito marcados, algo sutil e irregular, más acentuado por algunas zonas que por otras.
Vamos con algo a lo que no hay que restar importancia a la hora de renovar un mueble: el interior. No os parece una verdadera pena abrir un mueble una puerta o un cajón y encontraros el interior hecho un desastre???
Cómo no, he utilizado un papel impresionantemente bonito de los muchos que tiene Inventando Baldosas Amarillas. Ya os lo he comentado en alguna ocasión, Olga tiene papeles con diseños y tamaños ideales para la decoración de muebles. Te pierdes entre ellos y no sabes cuál elegir...
En este caso lo tuve fácil, porque lo eligió mi hija. La verdad es que es una locura, con ese estampado tan fino y ese discreto brillito dorado que no sé si se aprecia en las fotos.
Ya colocado:
Verdad que este interior se ve cuidado y coqueto? Pues claro que sí!
Por último: los tiradores. Madre mía, qué tiradores tenían mis pobres mesillas... qué pena. Mira que me gustan los pomos y tiradores antiguos, y que me gusta conservarlos tal y como estén, pero es que éstos eran... bueno, es que no se podían ni mirar jajajajaa... no se salvaban ni pintándolos. Lástima que se me olvidó hacerles una foto para que los viérais... sería de la prisa que tuve por quitarlos y no verlos nunca más!!!
Me decidí por estos de anilla, muy sencillos, para que no taparan el estarcido más de lo imprescindible. Los he colocado muy juntos, para seguir con esa sensación de continuidad entre las puertas.
Qué os parece el resultado?
Ahora sólo queda verlas colocadas en el dormitorio. El cabecero es de forja en un tono claro, muy similar al de las mesillas, y la colcha es de patchwork en tonos rosados, lila y terrosos, así que creo que quedará una habitación muy acogedora.
Una semana más nos vamos a Inventando el Finde y a disfrutar de un Finde Frugal. No faltéis!
Feliz finde!!!