Hoy os traigo un post que hace ya tiempo quería publicar pero por no poder hacer fotos con luz natural, y es que me costaba sacar el "mamotreto" a la terraza, no lo había hecho antes.
Este sin duda es el trabajo de restauración que hasta ahora me ha costado más esfuerzo y tiempo y es que el estado en el que se encontraba era lamentable.
Se trata de un cofre que tenía mi suegra en el "doblao" de su casa del pueblo y que no sabe ni cuántos años tiene ya que cuando compraron esa casa los antiguos propietarios dejaron el cofre y según les comentaron debía de ser de los años 30.
Era tan malo el estado en que se encontraba que su idea era la de tirarlo (¿como? ¿tirar?) de eso nada, dije yo, eso lo arreglo yo seguro y lo quedo preciosísimo. Esto era antes de verlo claro, porque cuando lo vi casi me arrepiento de ser tan bocazas. Así es que lo cargamos y nos lo trajimos para restaurarlo. Ese iba a ser mi regalo de cumpleaños para mi marido. Os pongo unas fotos para que comprobéis como estaba.
Vista general del cofre
La parte exterior estaba forrada con una tela imposible de recuperar ya que estaba completamente podrida y faltaba en muchas zonas
La parte interior estaba forrada con capas y capas de papel también en pésimo estado.
El proceso fue quitar la tela y el papel con mucho esfuerzo y con decapantes varios. Quité todas las tachuelas porque estaban muy feas y faltaban muchas de ellas. Tuve que enmasillar muchas zonas ya que la madera tenía bastantes faltas, incluso algún que otro agujero en la tapa, pero no tapé todos ya que no quería que pareciera nuevo y así conservara su personalidad. Tras lijar y darle unas capas de tapaporos pinte en un bonito color azul oscuro. Después decapé algunas zonas para que saliera el color original de la madera. El acabado fue a base de cera con un poquito de betún de judea.
Las patas simplemente y tras una buena limpieza y lijado una mano de tapaporos y acabado con cera y betún.
El cierre superior había desaparecido así es que compré uno que le iba bastante bien.
También le puse unas tachuelas nuevas un poquito más grandes que las que tenía originalmente.
Todos los herrajes del cofre fueron limpiados y tratados con un líquido antióxido. Luego los pinté de negro.
La parte interior la entelé con una preciosa tela con motivos de caza ya que era donde se iban a guardar todos los achiperres que tiene mi chico para cazar, que no son pocos...
Bordeé toda la tela por la parte superior con una pasamanería verde.
En la parte superior del cofre coloqué sus iniciales en estaño.
Una vista general del cofre antes y después donde se ve mucho mejor la diferencia.
Creo que todo el trabajo, el tiempo y el esfuerzo ha valido la pena porque a mi marido le encantó el resultado ¿y a vosotros?
Besos para tod@s!!!!