"En casa del herrero cuchillo de palo". Eso le estaba pasando a mi hija, que me había pedido en varias ocasiones que le arreglara una caja de madera para sus cosas y veía cómo le tocaba a su prima, a mi compañera, a una vecina... y a ella no le llegaba el turno. Así es que el último sábado que hubo mercadillo de antigüedades nos fuimos a buscar cajas de madera para ella, con dos requisitos: que fuera barata y que fuera de madera.
Y la encontramos: una caja de madera de un tamaño muy adecuado y por ¡¡3 euros!!. Además era bonita, tenía un dibujo precioso en la tapa que incluso se podría intentar recuperar.
Una vez en casa me puse, como hago siempre, a quitar en primer lugar los herrajes, después los forros (en este caso una lámina de corcho con cartón corrugado en medio ??), mientras seguía dándole vueltas a la tapa. Me costaba arrancarla, porque parecía una acuarela y no quería estropearla. Pero al mismo tiempo estaba llena de manchas y tenía una capa de barniz que con el tiempo habia amarilleado y afeaba el dibujo.
Empecé por levantar el papel de rayas, y me sorprendió que era un papel extraordinariamente grueso.
Con mucho cuidado levanté el primer trozo de papel con el dibujo bonito y ¿cual fue mi sorpresa?. Nada de acuarela, nada de pintura antigua, era sencillamente ¡¡papel pintado!!.
Papel pintado marca Waverly
Por un lado sentí el alivio de no haber hecho ningún estropicio, pero al mismo tiempo me dió un bajón... ¿Sabéis por qué?. Pues porque pensé que algún día mis trastos podrían acabar en un mercadillo al precio de 3 euros, igual que esta caja que alguien había arreglado en algún momento para darle una nueva utilidad. Ufff, mis cajas, mis mesitas, mis muebles... ¡hala!, todo al mercadillo, jaja. A partir de ahora procuraré no tener tanto apego a las cosas que restauro, no vaya a ser que...
El caso es que antes de atreverme a levantar el papel, lo escaneé, para tener la posibilidad de reproducirlo más adelante, si no en esta caja en otro sitio. Y esta lámina es mi regalo para vosotros, si os gusta os la podéis descargar aquí:
Para la caja elegí esta lámina de Dayka, que compré en Sueños en Papel igual que otras que he utilizado.
La pintura es un verde seco que combina a las mil maravillas con las mariposas de la lámina. Recorté un par de mariposas del mismo papel y las pegué sobre cartulina para que quedasen rígidas y sobresalieran de la tapa.
En un rectángulo de tela Aida puse el nombre de la futura dueña de la caja con un transfer.
Para el interior elegí una loneta en color crudo que decoré haciéndole unas líneas a pincel seco con la misma pintura de la caja.
En la parte frontal un relieve que pinté en blanco antiguo.
Las bisagras y los cierres los compré nuevos, porque los que tráia la caja tenían un sistema de anclaje a la madera que, una vez quitados, no hubo forma de volver a ponerlos, se doblaban al hacer fuerza para incrustarlos.Y así quedó. A ella le ha gustado muchísimo y ya la tiene a rebosar de abalorios y baratijas. Me consuela pensar que todo lo que esté ahí guardado no anda rodando por la habitación.
En este caso no podemos decir que estamos dando la segunda oportunidad a un trasto, debe ser la tercera o la cuarta, quién sabe...
Espero que os guste y nos vemos la semana que viene.
Besos.