La primera solución que doy siempre y que suele ser la más eficaz es aplicar una buena ventilación a toda la casa, pues de esta manera rebajamos la temperatura ambiente y evitamos que los hongos y otros organismos se acomoden en nuestras paredes. Puede que algunas veces se nos haga imposible tener una buena ventilación, así que toca recurrir a otras opciones:
Empezaremos por los trucos caseros, con elementos que tenemos por casa y que nos serán de gran ayuda para evitar o eliminar estas humedades y el mal olor que llevan consigo.
Para las habitaciones echaremos mano de un elemento como es la harina de mostaza, que con colocar un plato en cada habitación, éste se encargará de absorber toda la humedad de la habitación. Es importante que para que esto tenga buenos efectos, el plato sea cambiado al menos una vez por semana.
Foto: Flickr - Problemas con las Obras
En los armarios pondremos un recipiente con sales marinas o de baño, otro elemento muy absorbente y que bastará con cambiar cada 2-3 meses y para mantener el armario y su contenido libre de humedades. Algo que se debe tomar muy en cuenta es que los muebles no deberían pegarse completamente a la pared, ya que eso restringe la ventilación y por ende, la humedad se acumula.
Un elemento que podemos utilizar para eliminar el olor a humedad es la zeolita, un mineral que absorbe el olor de manera muy efectiva y que podemos reutilizarlo cuantas veces queramos, basta con ponerlo al horno durante media hora a 250º y así recobra sus propiedades.
El otro producto letal contra el olor a humedad es nuestro querido vinagre, que en lo que se refiere a tareas de limpieza está siempre presente. Un paño humedecido por el vinagre y dar una mano a las paredes o a los suelos y las habitaciones dirán adiós al desagradable olor a humedad.
Si llegamos demasiado tarde y no hemos podido evitar que aparezcan humedades no debemos preocuparnos, todo tiene solución y mucho más sencilla de lo que podemos pensar. Vamos con ellas:
Foto: Flickr - Antonio Marín Segovia
No hay que pintar sobre ellas como si nada hubiera pasado ya que al poco tiempo vuelven a aparecer. Debemos eliminarlas antes de pintar o empapelar de nuevo las paredes o techos.
Lo primero es lijar la zona que está dañada. Para ello utilizaremos una hoja de grano fino. Posteriormente, debemos limpiar bien la humedad con un paño impregnado de agua y lejía en una proporción de 10 de agua por 1 de lejía. Es un producto tóxico y no conviene abusar de él. A continuación, pintaremos con un fondo sintético diluido con aguarrás al 30% y lo aplicaremos con una brocha en dos manos distintas, cada una en un sentido para evitar dejarnos alguna zona sin tratar.
Por último solo queda pintar de manera definitiva la pared, para lo que recomiendo pintura plástica anti hongos, que es muy efectiva a la hora de evitar que vuelvan a salir las humedades.
En el caso de los baños, uno de los lugares más propensos a sufrir este problema, tendremos que analizar de vez en cuando el estado de las juntas de los azulejos, y cuando comprobemos que empiezan a agrietarse debemos actuar para que no provoquen una humedad más grande. Rellenar estas grietas es muy sencillo y muy rápido, no tardamos más de diez minutos. Todos los pasos te los explico aquí.
Junto a las humedades, otro problema que suele ir de la mano es la aparición de manchas de moho, aunque este es mucho más sencillo de tratar. Seguiremos el mismo procedimiento del trapo con agua y lejía, lo que bastará para quitar las manchas de moho. Luego pintar la pared de manera normal sin necesidad de otro tratamiento y lucirá como el primer día.
Estos han sido los consejos que os traigo hoy para acabar con las dichosas humedades que tantos problemas nos causan, pero si conocéis alguno más o tenéis dudas, compartirlas con nosotros en nuestro muro de facebook. Os responderemos encantados. ¡Allí os esperamos!