Los ensambles realizados en la madera para prolongarla en su sentido longitudinal reciben el nombre de empalmes de madera. Estos tipos de unión se realizan con más frecuencia en la carpintería de armar, para la construcción de pies derechos o en piezas colocadas horizontalmente. Por lo tanto, al seleccionar un empalme, se tendrá en cuenta si los maderos empalmados trabajarán de cara o de canto, vertical y horizontalmente, ya que su comportamiento será diferente según los esfuerzos que tengan que soportar, sean de tracción o de compresión.
En ebanistería se utilizan poco los empalmes de madera, debido a las limitadas dimensiones de los muebles y a que la madera que proporcionan los árboles cubren perfectamente estas dimensiones. En el caso de muebles y elementos decorativos de mayor tamaño, se utilizan piezas desmontables que van unidas mediante tornillos de anclaje.
A continuación se describen algunos empalmes de madera utilizados en el sector de la carpintería de taller.
Empalmes a tope con brida
Se trata de uno de los mejores empalmes a tope. Pueden colocarse dos o cuatro bridas, según la resistencia que se desee. Las bridas están dobladas en los extremos, en forma de ángulos rectos, y penetran en unas pequeñas cajas situadas en cada madera que haya que empalmar. Estas bridas se sujetan de dos en dos, mediante tornillos roscados. lL buen resultado de este empalme depende, en gran parte, del grueso del hierro que se haya empleado en la fabricación de las bridas.
Empalme zunchado
En este caso, se trata de aprovechar la facultad que tiene el hierro de disminuir de volumen debido a un rápido enfriamiento del mismo. Para ello, se elabora un anillo o cerco de metal de unas dimensiones ligeramente inferiores a las de las maderas que haya que empalmar. Este anillo se calienta para aumentar su tamaño de encaje y así permitir la fácil colocación de las maderas a unir, para después provocar un rápido enfriamiento mediante la utilización de agua, para devolver al anillo o cerco de hierro sus medidas iniciales, con el consiguiente apresamiento de las dos maderas empalmadas.Empalme a media madera
En los empalmes a tope existe en algunos casos la posibilidad de deslizamiento de las dos superficies empalmadas. Este efecto debilitador queda subsanado por la aplicación del encaje a media madera, el cual consiste en rebajar la mitad de cada pieza que haya que empalmar, sobreponiéndose las dos partes, para luego fijarlas por medio de dos tornillos o pernos.
Esta unión actúa bien frente a los esfuerzos de compresión, siendo poco efectivo ante los trabajos de flexión, sobre todo cuando los cortes a media maderas son cortos.
Empalme a media madera con testa en sesgo
Es un empalme que perfecciona al anterior, ya que se alarga a la media madera para que permita alojar a dos o más tonillos o pernos. Las testas de las dos maderas se cortarán a bisel, con los que la unión se vuelve eficaz frente a una flexión lateral.
Empalme a media clavija
Es un empalme a compresión muy simple, aunque su rendimiento depende, en buena parte, del comportamiento de las clavijas. Es aconsejable que estas sean de madera dura. Este tipo de empalme da mal resultado frente a un esfuerzo de pandeo o flexión.
Su uso está vinculado a trabajos de carpintería de taller y de ebanistería, por lo general en la unión de pequeñas piezas.
Existe también el empalme de caja y espiga cilíndrica única, realizada mediante el torno en una de las piezas que haya que unir. En el extremo de la otra pieza se taladra un agujero del mismo diámetro de la espiga, para que se genere una perfecta unión una vez encolada. Este tipo de empalme se usa en trabajos finos de sillería y ebanistería, que requieran reducir al máximo el grueso de las maderas empalmadas mediante la junta más discreta posible. En algunos casos, las espigas torneadas se sustituyen por una clavija.
Empalme con una espiga roscada
Se usa en aquellos elementos empalmados que requieren una facilidad y rapidez en su montaje y también en su desarmado. Así se genera un sistema práctico y efectivo, utilizado en la construcción de pequeños muebles, mesas, estantes, etc., que precisen ser desarmados en algún momento, sin la necesidad de emplear clavos, tornillos y, mucho menos, cola. En la pieza de madera que lleve la espiga torneada se realiza un paso de rosca que se corresponda con la tuerca realizada en el agujero de la otra pieza de madera que haya que empalmar.
Empalme a horquilla
En este tipo de empalme, el grueso del corte oscilará alrededor de un tercio del grueso total de la madera. Es un empalme más resistente que el realizado a media madera, además de incluir como refuerzos clavijas pasantes, tornillos, puntas y colas.
Se usa en carpitnería de taller y ebanistería para la prolongación de pequeñas piezas. Si la sección a unir es de gran tamaño, se aumentará el número de espigas, dando lugar, por ejemplo, a los empalmes de doble espiga.
Empalme a espiga cuadrada
Se efectúa una caja o mortaja en la testa de una de las piezas de madera. En la otra madera se cortará una espiga cuadrada que se corresponde con la mortaja de la otra pieza de madera. Este empalme se utiliza en piezas sometidas a esfuerzos de compresión, dando también buen resultado frente a los esfuerzos de torsión. Si la espiga es corta, el empalme será deficiente a la flexión. En una variante de este empalme, la espiga puede ser postiza, introduciéndose en unas cajas cuadradas realizadas en las dos maderas que haya que unir.
Empalme a diestes triangulares
Mediante un buen ajuste y utilizando las colas apropiadas, da unos excelentes resultados frente a los esfuerzos de flexión.
Si el empalme está sometido a esfuerzos de compresión, hay que reforzarlo mediante zunchos, abrazaderas o bridas, para que las puntas triangulares no sufran. Este tipo de empalme es muy utilizado en la construcción de la madera laminada.
Empalme a tope con llave en forma de cola de milano
Cuando se utiliza la llave de cola de milano para la construcción de un empalme de este tipo se alargarán sus extremos en el sentido paralelo a las piezas de madera que se quieren unir, para obtener una mayor resistencia frente al peligro por desgarro de las fibras de la madera ante un esfuerzo de tracción. En este caso, se añaden unas pequeñas cajas y espigas por la cara opuesta al lazo, para evitar torsión.
Agradecimientos: Este texto es un fragmento del libro Trabajos en Madera de Parramon.