Este verano he decido renovar mi habitación radicalmente. Hoy me voy a centrar en la zona de la cama para la que reservaba algo muy especial: un mural de un bosque que crea un ambiente inspirador y creativo.
Materiales:
Pintura: verde medio + blanco + verde esmeralda
Base para mezclar
Tarro con agua
Pinceles de diferentes tamaños
Cinta de carrocero, sábana, trapos
Escalera
Truco:
Para conseguir un efecto de profundidad, el mural está pintado en 3 capas. Jugando con una gradación de color y de tamaño. La forma de dibujar los árboles vais a ver que es muy sencilla y muy abstracta.
Color claro: verde medio + blanco + doble de agua
Color base: verde medio + agua
Color oscuro: verde medio + esmeralda + agua Paso a paso:
Lo primero será proteger las zonas que no queremos que se pinten. Cubre con cinta de carrocero los interruptores y el rodapié y con una sábana vieja el suelo.
Empieza por medir a que altura van a estar los arbustos del fondo, ten como referencia la altura de la cama, para que se vean detrás. También en este paso puedes dibujar con lápiz donde vas a querer los árboles.
Para los árboles del fondo vamos a crear un color claro: coge verde medio y blanco y mézclalo en un soporte. Luego ve mojando el pincel en agua.
Hacemos los arbustos con el verde claro del fondo, simplemente dando unos toquecitos con una brocha pequeña de forma aleatoria, creando esta textura.
Después pintamos los troncos y sus ramas con el verde base, estos servirán de referencia para ver donde queremos que vayan los más claros y oscuros. Haz líneas con el pincel (grosor aproximado de dos dedos). Para crear un efecto más de acuarela podemos ir mezclando con agua.
Pintamos los árboles más pequeños, que son los que van en el fondo: con el verde claro y un grosor de un dedo.
Para hacer lo que serían las hojas de los árboles, con un pincel vamos dando pequeños toques dejando espacio en blanco. De cerca es muy abstracto como veis, pero de cerca queda un efecto ideal.
Un truco para hacer los árboles de la primera fila, si los queremos rectos. Decide donde los vas a querer y mide desde el extremo de la pared la misma distancia arriba y debajo. Luego pon cinta de carrocero uniendo los puntos y otra cinta paralela para crear un hueco de unos tres dedos donde irá el tronco del árbol.
Ahora hacemos el verde oscuro, mezclando el verde medio y el verde esmeralda en el soporte. También vamos a mojar el pincel en agua.
Para conseguir una textura en los troncos se ha ido mezclando el verde más oscuro que hemos creado y el medio en la pared. Como podéis observar estos troncos al estar más de cerca no tienen ramificaciones, solo hojas arriba del todo. Quita la cinta de carrocero y rellena los huecos en blanco.
Pinta los arbustos del primer plano, dando toques con el verde oscuro de antes y dejando algún hueco en blanco. Puedes ir añadiendo pintura en verde medio como hemos hecho con los troncos y remezclarlo en la pared con el pincel.
Por último, quita las cintas de carrocero y la sábana para proteger el suelo. Y wolaaa.
Gracias mamá por ayudarme ¡artista!
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