¿Cómo lo hacemos? Es muy sencillo, lo primero que tenemos que hacer es retirar todos los accesorios de la barbacoa. Para ello, con ayuda de un destornillador, soltamos las bandejas de la parrilla, así como los tiradores y las manillas. Por último, si nuestra barbacoa tiene ruedas, las protegemos con cinta aislante.
Normalmente, de un año para otro, la barbacoa sigue cumpliendo su función. Lo único que se deteriora suele ser el armazón por la lluvia o un exceso de sol. Por ello, el primer paso para la puesta a punto es comprobar si la superficie está deteriorada y en este caso, lijar. Debemos utilizar una lija con una hoja específica para metal y hacerlo con cuidado de no lijar en exceso. Una vez que hayamos repasado toda la superficie, con un paño, vamos retirando poco a poco los restos de polvo.
Para que quede como nueva, vamos a aprovechar que estamos restaurando nuestra barbacoa y la vamos a pintar. Con pintura en spray, agitamos bien para mezclarla y vamos aplicando a unos 20 centímetros de distancia aproximadamente. Debemos fijarnos en que la pintura que vayamos a aplicar sea específica para altas temperaturas, ya que además del sol veraniego, nuestra barbacoa debe soportar la temperatura que alcanza al utilizarse para elaborar la comida.
Por último, una vez que seque correctamente, volvemos a fijar los accesorios y ya tendríamos lista nuestra barbacoa. Sencillo, ¿verdad? Con unos sencillos pasos, dejamos nuestra barbacoa como nueva y aprovechamos para comprobar que todo funciona a la perfección, en caso contrario, sólo tendremos que sustituir las piezas.
¿Habéis revisado ya vuestra barbacoa?