Problemas que puede sufrir la madera
* Humedad: es una de las principales causas de deterioro: el clima y las lluvias inciden en el exterior mientras que dentro de casa es el vapor, que se genera y se condensa, el que deteriora la madera: se humidifica, se ablanda y comienza a descomponerse. Se presenta con ampollas y caída de la pintura, las juntas de los muebles se despegan y se separan y el color se oscurece e incluso aparece moho; sobre todo en el jardín.
* Insectos: los más habituales son las termitas y las carcomas. Su estación preferida es la primavera, aunque pueden aparecer en cualquier otra época del año. Se introducen en la madera y la devoran creando canales interiores (como si de un hormiguero se tratara). Averiguarás si tu mueble está infectado porque el exterior estará cubierto de pequeños agujeros.
* Hongos: minan la estructura y la resistencia y, en muchas ocasiones, provocan manchas en la superficie. Poco a poco van pudriendo la madera y ésta, en función del tipo de hongo, sufrirá una podredumbre parda, blanca o blanda.
* Luz solar: el mobiliario que está expuesto al sol, sobre todo si no tiene protección, está condenado a perder su color y adquiere un tono grisáceo.
* Golpes y arañazos: son los males más habituales. Las puertas y ventanas son las que más sufren los golpes, mientras que el parqué o el entarimado, están constantemente en contacto con los zapatos y el movimiento de sillas, mesas y otros muebles.
Soluciones y protectores
* Ventilación: es importante que tu casa esté bien ventilada. Sobre todo si cuentas con sistemas de climatización que humidifican las habitaciones. El exceso de agua en el ambiente resiente a tus muebles porque, poco a poco, se filtra en su interior. Los baños son las estancias más húmedas junto con los sótanos y los lugares fríos y oscuros como pueden ser las despensas. Por eso es importante un buen sistema de ventilación, ya sea natural (ventanas, puertas, etc) o instalado (ventiladores).
* Láminas de polietileno: son también una medida eficaz. Se coloca en las zonas calientes de la pared y actúa como barrera contra la humedad.
* Pinturas porosas: permiten la transpiración de la madera. En cambio, las plásticas impiden el paso de aire y se pueden formar burbujas bajo la capa de pintura que la resquebraja.
* Barnices: crean una capa impermeable y protectora. Los hay de varias tonalidades; desde los transparentes hasta los marrones más oscuros; mate y brillantes. Normalmente todos los muebles se barnizan, aunque no siempre se hace con las puertas y ventanas de exterior. Es aconsejable que le des, al menos, una capa a todas las maderas del hogar. Existen barnices especiales para el parqué que son muy resistentes al roce y al desgaste.
* Lijado: la superficie va a ser determinante en la eficiencia de los productos de protección que apliquemos. Que esté completamente lisa y limpia, libre de restos de barniz o pintura, es necesario para que éstos se adhieran y se impregnen adecuadamente.
* Insecticidas: hay que saber elegir muy bien los pulguicidas y fungicidas que apliquemos porque pueden ser nocivos para nuestra salud o simplemente demasiado agresivos para la madera. Tenemos que comprobar que penetra bien y se concentra en el interior para que haga efecto.
* Alquitrán de hulla: es un derivado del petróleo. Sólo se utiliza en exteriores y cuando la humedad es excesiva. Emana gases y olores fuertes cuyo contacto no es recomendable porque puede perjudicar nuestra salud.
* Otros tratamientos protectores: se han creado especialmente para preservar calidad, belleza y vida útil de nuestro mobiliario. Suelen contener sustancias hidrófugas y presentan características similares a los barnices: son transparentes y los encontrarás en brillo, mate y en varios tonos.