Nos las prometíamos felices cuando creíamos que sería darle simplemente un lavado de cara.
Pero cuando quitamos las chinchetas y el tapizado...
... se desmoronó la pobre...
Con el paso del tiempo, se desencoló alguna pata, así que optamos por desarmarla entera, y empezar de cero. Ardua labor, como podéis ver en el making-of:
Con la lijadora eléctrica, lijamos cada parte de la silla
Con una lija de grano grueso, limpiamos las juntas de restos de cola
Encolamos las juntas con cola de carpintero
Montamos la silla y le pusimos unos "arneses" para fijar la cola
Dimos una capa de imprimación...
... y dos de pintura acrílica verde, lijando, como siempre, entre capa y capa
Lijamos los cantos para desgastarla
Con cinta hicimos la base del asiento (es la cinta aprovechada de unas mochilas)
Forramos la base con tela de saco, para que no rozase la espuma con las cintas
Medimos el asiento y cortamos la espuma
La fijamos con unas grapas al asiento...
... y también al respaldo
Tapizamos con ayuda de una grapadora
Forramos la parte de abajo con tela blanca
Colocamos chinchetas nuevas en el respaldo
Después de muchas horas de trabajo, os mostramos el resultado:
Un toque de color entre tanto gris....