1.- Termografía. El objetivo de esta técnica es registrar la temperatura del elemento analizado, sin tener que entrar en contacto directo con él. Así, con ella se crea un mapa de la temperatura del edificio, es decir, una imagen del edificio que nos muestra qué elementos pierden más o menos calor interior a través de un código de colores.
En esta imagen podemos observar que las ventanas absorben todo el calor.
La termografía permite así comprobar si se ha hecho una correcta construcción del edificio, si se han sellado bien las ventanas, si las paredes están aisladas, si hay defectos en las juntas...
2.- Blower Door. A partir de esta otra técnica podemos analizar la hermeticidad de la vivienda, es decir, la estanqueidad. En un edificio normal solemos encontrar infiltraciones, es decir, grietas muy pequeñas por las que entra y sale un flujo de aire. Sin embargo, en una construcción eficiente y de calidad no deben existir estas infiltraciones, y es el Blower Door lo que comprueba que así sea.
¿Cómo lo hace? Después de tapar rejillas y huecos de la vivienda (la campana, el extractor...), se coloca la máquina en la puerta principal de la vivienda, y se despresuriza el interior. Así, el ventilador extrae de forma continua el aire del interior, y a continuación aspira el aire exterior de las ranuras de las paredes.
De esta forma podemos conocer el caudal de aire que mueve el ventilador, por lo que, sabiendo el volumen total de la vivienda, podemos saber cuánto aire entra desde fuera. Así, con cámaras termográficas y anemómetros podemos localizar estas infiltraciones. Aquí podéis ver el funcionamiento:
Y aquí podéis encontrar más información sobre viviendas eficientes...