Empecé por el final, tapizándolo por dentro, porque me corría prisa meter unas cosillas dentro. Encontré entre mis retales esta tela tan preciosa.
Lo que se ve por fuera no es madera, es una chapa metálica que recubre todo el baúl, un acierto, aunque a la vista resultaba ofensivo, por lo menos, para mi gusto.
No tenía bastante tela para todo el baúl...
Toda la parte en madera, la pinté con spray, en dos tonos morados.
Mi idea era pegarle una tela bonita, pero por más vueltas que daba, no encontraba la que me convenciera, hasta que un día la ví. No era tela, era hule, pero me servía igual.
Costó un poquillo recortar el hule exacto, porque no eran rectángulos exactos, un poco de paciencia y mucho metro, y quedaron muy bien los recortes.
Y el resultado final ha sido este. Queda precioso en la entrada de la casa.