Esta mesita apareció customizada de esta guisa en la calle. Llena de arañas y totalmente tuneada, pero ¡ay mamina! todavía no sabemos con qué pintura ... ¿5, 6, 7 horas decapando? La pintura se fundía y se convertía casi casi en goma...
Es cuando haces un trabajo de este tipo cuando te preguntas ¿merecerá la pena tanto esfuerzo? Y aunque sólo sea por darle mejor vida, respondes que sí.
Así que después del lavado de cara con el decapado tapamos las imperfecciones con masilla y lijamos. Después le dimos dos capas de imprimación y dos de pintura acrílica blanca, lijando entre capas. Lijamos las esquinas y le dimos cera, para darle un aspecto envejecido. Forramos los cajones con papel decorado y cola y le cambiamos las manillas (que eran irrecuperables) por otras antiguas que habíamos quitado de otra pieza.
¿Os acordáis de la mesita negra que recuperamos hace un tiempo? Pues ya tiene una hermana, a la que se da un aire...
El yin y el yan hechos mesita ;))