La madera es un material noble que sigue vivo una vez se ha talado del árbol, su belleza es indiscutible pero se haya continuamente expuesta a diferentes ataques que pueden degradarla. Para conseguir un acabado perfecto y duradero, debes empezar por los cimientos y aprender cómo preparar la madera antes de tratarla.
He de reconocer que más de una vez he empezado la casa por el tejado y he proporcionado diferentes acabados para la madera sin haberla preparado previamente. Las consecuencias suelen aparecer a corto o medio plazo, empobreciendo el resultado final o provocando su deterioro. Por esta razón no puedes perderte esta guía para saber cómo preparar la madera antes de tratarla.
Problemas y defectos que se pueden encontrar en la madera
En primer lugar, antes de pintar o proporcionarle algún tipo de acabado a la madera, debemos detectar si existe alguno de los problemas más comunes que se dan en este material:
– Contenido en resina de los nudos. Si la madera no sangró bien la resina producirá un efecto arrugado en la pintura y una alteración de color. Para evitarlo se hace exudar la resina calentando el nudo con una pistola de calor, se rasca la resina que haya aflorado a la superficie y se sella el nudo con goma laca.
– Resistencia al secado. Algunas maderas tropicales como el palisandro, teca, etc., contienen unas sustancias que retrasan el secado de la pintura. Para solucionarlo se debe aplicar previamente una fina capa de barniz aislante, como por ejemplo uno basado en resinas vinílicas.
– Exposición al sol. Al igual que sucede con nuestra piel, la madera natural que ha estado expuesta al sol sin ningún tipo de protección sufre la degradación de su corteza. Esta degradación disminuye la adherencia de la pintura, si bien bastará con lijar la superficie para llegar a la parte sana y obtener un mejor agarre.
– Ataque de microorganismos. Es muy importante que se sanee la madera que esté afectada por el ataque de hongos, moho o microorganismos ya que éstos seguirán actuando bajo la pintura o barniz, llegando incluso a aflorar a la superficie tal y como sucede cuando pintamos sobre un metal oxidado sin haberlo eliminado antes.
Maderas nuevas que no han sido tratadas previamente
Cuando la madera está seca y en buen estado, como la que se puede encontrar en los centros de bricolaje, se han de seguir los siguientes pasos antes de aplicar pintura o barniz:
1º.- Lijar en el sentido de la veta con una lija de grano medio (120) o fino (180) dependiendo de si la madera contiene más o menos imperfecciones.
2º.- Eliminar el polvillo con un trapo de algodón humedecido y muy bien escurrido (dar varias pasadas hasta comprobar que se ha eliminado totalmente). A continuación se deja secar al aire pero sin que la madera esté en contacto directo con el sol, de esta forma se evitará que se produzcan cambios bruscos de temperatura y humedad que podrían dañarla e incluso agrietarla.
3º.- Comprobar que no hayan hongos o insectos. Si así fuera habría que aplicar un producto que contenga insecticidas y fungicidas.
4º.- Sellar los nudos de la madera con goma laca rebajada con alcohol (un 20% aproximadamente), para evitar que exuden resina o la formación de los taninos de la madera.
Maderas viejas que nunca han sido pintadas
Para las maderas viejas que nunca han sido pintadas o tratadas pero que han estado expuestas a las diferentes condiciones climáticas, como por ejemplo la madera de los palés, hay que dar los mismos pasos que en el caso anterior y además los siguientes:
1º.- Eliminar el tono grisáceo que adquiere la madera que está a la intemperie utilizando un aclarador con ácido oxálico rebajado en un 30% de agua. Tras aplicar sobre las zonas grises y esperar una media hora, se ha de enjuagar con abundante agua.
2º.- Lijar la madera para eliminar la corteza deteriorada y mejorar el agarre.
3º.- Si la madera tiene hongos o microorganismos hay que aplicar un fungicida rebajado al 50% con agua, enjuagar y dejar secar un par de días.
Maderas que ya han sido pintadas o barnizadas
Cuando lo que se desea es volver a pintar una madera que ya lo está o que se encuentra barnizada, no queda más remedio que decapar para mejorar el agarre y no crear una capa gruesa de pintura por la superposición de manos.
El decapado se puede hacer mediante lijado, con un producto decapante o con una pistola de calor si la capa de pintura es muy gruesa. Antes de aplicar un decapante conviene hacer un test sobre una zona no muy visible para asegurarnos de que no se daña la madera.
En definitiva, no solo se trata de embellecer y transformar nuestros muebles y objetos de madera, sino de que también permanezcan inalterables a corto, medio y largo plazo. Por esta razón espero que esta guía para saber cómo preparar la madera antes de tratarla te ayude a conseguir un buen acabado que además sea duradero.
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Imágenes vía Pixabay