Fuimos directas hacia la encargada de charcutería del establecimiento, para pedir, suplicar..., una de estas queseras, o como buenamente se llamen estos soportes de madera. La muchacha, pelín antipática y poco colaborativa, se hizo bien de rogar, hasta el punto que vimos oscuro (negro, negrísimo) el conseguirlo. Dos meses después y, cuando ya lo dábamos por perdido, nos llamó para entregarnos éste.
Unos cuantos arreglillos necesarios, como quitar grapas...
..., encolar la tabla de en medio que venía rota...
..., una mano de lija, ¡ y a pintar!
¡Y así quedó!
¡Estamos seguras de haberos despertado un nuevo objeto de deseo! A las cajas de fresas, habrá que sumar estos soportes que aúnan funcionalidad y decoración con un encanto especial. Pero hemos de confesar que, quizás no hubiéramos reparado tan fácilmente en ellos, si no fuera por una foto que nos envió hace pocos meses la sobrina de una de nosotras, Cristina, para enseñarnos su recién estrenado hogar y presumir de mesillas de noche...
¡Nos encantó la idea! Y debió de quedarse en nuestro disco duro mental, de ahí la impresión cuando los vimos en el supermercado.
Con esta preciosa idea nos vamos a visitar los Findes Frugales de Marcela Cavaglieri. ¡Vamos tod@s!
¡Feliz fin de semana!