Desde hace unas semanas hemos sufrido un cambio drástico de temperaturas que nos ha hecho pasar del jersey finito y la manga corta a los abrigos de plumas. Aunque ya estamos en tiempo de frío, puede que os haya pasado como a mí y os haya pillado de improvisto este gran cambio, sin haber preparado nuestro hogar para las bajas temperaturas que nos esperan.
Ya os hemos hablado de cómo preparar los radiadores para encender la calefacción y hoy me gustaría daros una serie de consejos sobre cómo preparar la chimenea para empezar a utilizarla. No hay nada mejor que sentarnos en el sofá frente a una chimenea, ¿verdad? Pero debe estar bien preparada para su uso.
La limpieza de una chimenea es la parte primordial del mantenimiento de la misma, por lo tanto lo primero que haremos es limpiar el tubo de salida del humo, el cual debe quedar impecable para que no cause algún problema. Con un cepillo específico de hollín movemos de arriba a abajo y retiramos toda la suciedad.
Si ha pasado mucho tiempo sin realizarle mantenimiento, lo ideal es utilizar algún producto químico para que así pueda quedar impecable, podemos utilizar un leño deshollinador o un deshollinador catalítico de mantenimiento. En el primer caso, sólo tenemos que introducir el leño en la chimena hasta que se queme por completo (unas tres horas), mientras que si usamos el deshollinador catalítico sólo tendremos que introducir una bolsita por semana en la chimenea a la vez que la ponemos y nos libraremos de los malos humos durante al menos tres meses.
Para finalizar procederemos a limpiar el cristal de la chimenea con apoyo de un limpiador de cristales especial para chimeneas u hornos, tomando en cuenta sus instrucciones.
Como véis sólo hay que seguir unos sencillos pasos para dejar nuestra chimenea como nueva. No tardaremos mucho y nos aseguramos de tener la chimena perfecta.
¿Tenéis preparada ya vuestra chimenea?
Imagen: Tilemahos Efthimiadis
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