Sobre estas mesillas hice un post sobre los pasos que hay que seguir cuando te planteas cambiar el aspecto de un mueble. Antes de ponernos a pintar o pegar papel, tenemos que limpiar bien las superficies, mirar qué elementos pueden estar sueltos, como molduras o tiradores y retirar todo lo superfluo. Por cierto, si en algún momento os planteáis darle una segunda oportunidad a algún mueble viejo, pero tenéis dudas sobre si merece la pena, lo fundamental es mirar la estructura. Si tiene puertas y no encajan bien, si una de las partes laterales ha cedido y está descuadrado o si tiene muchos agujeritos pequeños en la madera, señal de carcoma, entonces, piénsalo bien. ¿Se puede arreglar? Sí, claro. Pero el trabajo que conlleva puede ser tanto que al final dejes la pieza a medias o no sepas exactamente cómo solucionarlo. En este caso, con estas mesillas, sabía que había mucho trabajo detrás, pero la estructura era buena y sobretodo me gustaba mucho la forma de las patas y los frentes de los cajones. Bueno, y que desde la estantería me estaban llamando por mi nombre!!!! Y no me pude resistir.
Antes y después de una mesilla de madera.
Para limpiarlas mucho estropajo con amoniaco y aguarras. Y una mascarillas para no morir por culpa de los olores!!! Si queréis ver todos los pasos, podéis ver el post sobre la limpieza.
Madera en forma de espiga.
Cómo queda el cajón tras una buena limpieza. Una vez limpias, ¿qué hacemos con ellas? Como os conté, descubrí la pintura de tiza, que Leroy Merlin acaba de sacar al mercado. Me apetecía cambiar completamente el aspecto, que ya no fueran tan oscuras, pero no quería que fueran blancas. No había más opciones, tenían que ser amarillas, color mostaza.
Mesilla de madera pintada con pintura de tiza. Y para los laterales, tenía que aportar algún detalle que fuera vintage, original y que dotara de personalidad a mis nuevas mesillas. Tenía varias alternativas, pero enseguida el papel de mapas antiguos me pareció que iba a casar perfectamente.
Papel de mapas antiguos. Los tonos ocres del papel creo que hacen que los laterales tengan importancia dentro de la pieza, pero a la vez no destacan de forma estridente. Creo que si hubiera usado un papel más llamativo sólo hubiera conseguido que toda la atención se hubiera ido a los laterales, dejándolos como los únicos protagonistas de las mesillas y la parte frontal, era una pena que no se viera.
¿Cómo pegamos el papel en un mueble?
En otras ocasiones hemos empleado diferentes tipos de pegamento. Durante el Diy Hunters Day conocí a Lali, que trabaja en Ceys. La verdad es que es una marca que uso frecuentemente, pero la cola de carpintero, que empleo para muchas cosas, me resulta demasiado densa para las láminas grandes de papel. Por eso, estuve hablando con ella y fue un gran descubrimiento. Tras mandarle algunas fotos de los papeles, me recomendó que utilizara una pegamento para papel pitado, que han sacado hace poco al mercado. Y diluido con un pelín de agua, creo que es la mejor herramienta que he encontrado para que el resultado sea perfecto. Este pegamento te permite mover el papel una vez pegado. Si te has equivocado, si no queda recto o sale alguna arruga, puedes levantar y colocarlo otra vez.
Papel sobre madera. PASO 1: Aplicamos el pegamento.
Sobre la superficie limpia y seca, damos una capa de pegamento sobre la madera con la ayuda de un pincel ancho. Damos por todas partes para que quede bien agarrado el papel.
Pintura de tiza color mostaza y pátina con cera blanca. PASO 2: Mojamos el papel
Para decorar nuestra mesilla de madera hemos utilizado dos tipos de papel: uno hecho a mano y otro hecho a máquina. El hecho a mano es un bosque de tonos marrones y vino que nos ha servido para decorar los cajones y el interior de la mesilla de madera.
Forrar muebles con papel. Mojado el papel resulta más fácil de poner, evitamos las arrugas y queda completamente liso. Pero ojo, cuando lo mojamos quitamos el exceso de agua con una toalla y no dejamos que se seque. Al secar vamos a ver que reduce su tamaño. Algo que una vez puesto nos viene bien para que se quede perfectamente encajado. De todas formas, ese cambio de tamaño es mínimo. Que nadie se asuste!
Antes y después de usar papel para decorar los cajones. Con el papel hecho a máquina hacemos lo mismo. Mojamos un poco y quitamos el exceso de agua. Un truco, que me apuntó Lali de Ceys: podemos aplicar el pegamento sobre el papel, en vez de hacerlo sobre la superficie que vayamos a decorar. Y para darlo podemos emplear un rodillo que nos va permitir que la capa sea más homogénea.
Antes y después de los laterales de la mesilla. PASO 3: Colocamos el papel
Es fundamental que al colocar el papel fijemos bien una esquina o una zona que nos va a servir como punto de partida para estirar el resto. Cuando son piezas tan cuadradas, lo mejor es fijar bien una esquina y desde ella ir estirando el resto.
Detalle del cajón forrado de papel. PASO 4: Protegemos el papel
Aquí tenemos una pequeña diferencia entre los dos papeles, el hecho a mano y el hecho a máquina. En el caso del papel hecho a mano, damos una capa de pegamento para papel pintado diluido en agua. Así no se va a despegar. En el caso del papel hecho a máquina, damos barniz para proteger.
Cambio de imagen con papel hecho a máquina. Para decorar el frente del cajón y el copete usé cera incolora teñida con tinte al alcohol de color caoba. La idea era darle un poco de profundidad a todo el relieve que tenían. Con la pintura de un sólo color pasaba desapercibida toda la decoración en forma de hoja.
Pátina para ganar profundidad en los muebles.
Los tiradores también están decorados con estas manitas como os comenté en un post anterior, que podéis ver AQUÍ. Y ya está decorada esta mesilla vintage. ¿Qué os parece?
Resultado final!!! Con este DIY nos sumamos a los Finde Frugales, que ya hace mucho que no participamos!