Para todos los amantes del bricolaje, la madera es fuente de sensaciones agradables, tanto por la cálida belleza que aporta a la decoración en forma de muebles, revestimientos y estructuras, como por las satisfacciones creativas de la carpintería. Algo tan sencillo y obvio está de plena actualidad, ya que el proyecto europeo Vivir con madera ha demostrado científicamente que la madera se relaciona con la salud.
Tras un año de investigaciones, el prestigioso Instituto de Biomecánica de Valencia, IBV, ha probado que las cualidades de la madera influyen positivamente en nuestra salud, y son un factor relevante en el bienestar de las personas de todas las edades. En una palabra, la madera aporta calidad de vida. Ello se manifiesta en cuatro diferentes aspectos: acústica, aislamiento térmico, amortiguación de impactos y confort psíquico.
Descanso y rendimiento intelectual
La acústica es un factor estrechamente vinculado al descanso y al bienestar metal, ya que los ruidos y vibraciones originan trastornos del sueño y son un agravante del estrés. Por su estructura alveolar, la madera anula las reverberaciones y aísla de los ruidos. El descanso óptimo durante el sueño reduce el riesgo de padecer enfermedades coronarias, y aumenta el rendimiento intelectual.
Estudios con pacientes de dolencias cardiovasculares demuestran que, en los recintos con adecuado confort acústico, el pulso cardíaco se suaviza sensiblemente durante el sueño nocturno. Ya es un hecho avalado por los científicos: recurrir a la madera en la decoración del dormitorio nos ayuda a dormir mejor y a prevenir posibles enfermedades cardíacas.
Mejor salud gracias al aislamiento térmico
Desde la prehistoria, los seres humanos han construido cabañas de madera para habitar en montañas y parajes fríos. La madera tiene una baja conductividad térmica, factor relacionado directamente con la salud ya que favorece una temperatura corporal idónea. Se ha comprobado que los suelos de madera son muy placenteros para el niño que gatea, estimulando el aprendizaje psicomotriz.
Respecto a la amortiguación de impactos, la madera se utiliza normalmente en las canchas de los pabellones deportivos, debido a que posee un coeficiente de fricción adecuado y absorbe los impactos mejor que otros materiales. Es un hecho comprobado que los suelos deportivos de madera reducen el número de lesiones, y también la gravedad de las fracturas en caso de caída.
El bienestar psíquico
Como sabemos bien los bricolegas, la textura cálida y sensorial de la madera es beneficiosa para el estado anímico. Labores tan sencillas como tallar figuritas, lijar un mueble o realzar unas vetas resultan especialmente agradables en sí mismas. A menudo hemos comentado esta serena relajación que deriva de la naturaleza única de la madera.
Tal circunstancia es bien conocida por la medicina moderna, que recomienda en muchas terapias la práctica sencilla de montajes con madera. Las investigaciones han demostrado que nuestro querido material produce en las personas una duradera sensación de relax, lo que aplaca la tensión arterial y hasta mejora los cuadros depresivos. En resumen, vivir con madera es vivir mejor.