Pero hoy días vamos más lejos aún, la idea es decir algo con nuestra decoración o más bien se puede decir, ambientación. Porque el punto no es que quede bien decorado, o sea, bonito, el punto es que nos refleje.
Hoy vamos a ver una muy simple y muy barata técnica para intervenir los textiles de nuestra casa, pero de nosotros mismos depende decir algo con ella. Os doy la técnica, la creatividad va por cuenta de cada uno.
Algo simple de manejar y que nos da opciones: los sellos
Cuando nos referimos a la renovación de textiles, hablamos de darle un aire nuevo a nuestros elementos de tela, como sábanas, manteles y hasta la ropa. En este caso, por medio del uso de pintura e imágenes divertidas.
Intervenir los textiles de la casa, sea una cortina o un cojín, utilizando sellos sellos decorativos en los mismos es muy simple y no necesitamos de nada complicado.
Lo único que hay que comprar es pintura para telas, en los colores que más nos gusten. Tengamos en cuenta que vamos a crear más colores luego, si mezclamos bien los mismos.
Sello elaborado con una simple patata
Vamos a lavarla bien y la cortamos en dos. Tomamos una de esas mitades y con un corta galletas de forma divertida, vamos a trabajar. Lo único que hay que hacer es colocar el corta galletas en la parte central y hundirlo completamente.
Con un cuchillo retiramos todo lo que queda a sus lados. Si el corta galletas tiene medio centímetro, por ejemplo, el corte será de medio centímetro, de modo que quedará elevada esa parte que hemos cortado. Retiramos el elemento de corte y tendremos nuestro sello.
Preparamos la pintura, humedecemos nuestro sello y solo nos resta apoyarlo con firmeza sobre la tela que queremos marcar.
Para eso usaremos la tela limpia y seca sobre la mesa, pero debajo de ella vamos a colocar un cartón y un plástico, para no pintar la mesa. Con práctica podemos tallar nuevos sellos, a mano sin necesitar el corta galletas y seguir decorando nuestros textiles.
La patata nos da posibilidades que ni pensábamos.
Sellos de madera para los amantes de la carpintería.
Aunque se trata de un método más complicado, este nos dará un resultado mucho más duradero, con un sello que podremos utilizar incluso durante años antes de desecharlo.
Para elaborarlo, tomamos un cilindro corto de madera, que podemos cortar de la pata de una silla o una mesa que ya no utilizamos. En su cara más plana, vamos a dibujar la imagen que queremos para nuestro sello.
Lo siguiente requiere práctica, pero utilizando un punzón o un pica hielo, vamos a ir retirando poco a poco el material al exterior de la imagen, como si hiciésemos figuras de madera, para darle relieve a esta y que quede plasmada como un sello cuando se humedezca con la pintura.