Hace tiempo, mi hija me trajo un pequeño mueble y me dijo: Hazle algo.¿ Que quieres que le haga?, pregunté,Lo que quieras, seguro que queda bien.Me admira la confianza que tienen mis hijos en mí, pero agradecería de vez en cuando me dijeran qué es lo que quieren realmente
.Pues bien, el mueble en cuestión no estaba mal, pequeño,de color haya, cuadrado con cuatro pequeños cajones más o menos así
Bueno, no exactamente, aquí los cajones están al revés para que se vea el color, ya que con las ganas de empezar se me olvidó hacer las fotos del antes.
.Pinté el mueble de blanco y los cajones los entelé con trocitos de tela de una colcha que hice para la habitación de la niña pequeña, que es donde ira este mueble.
Como se pueden intercambiar la posición de los cajones puede variar su aspecto.
La inversión de recursos fue mínima, hecho que me encantó aún más. Usé materiales, como ya mencioné, que tenía en casa, reciclé trozos de tela que me habían restado de otros trabajos realizados previamente. Las paredes de mi casa están pintadas de blanco y, con niños pequeños nunca me puede falta un poco de pintura para casos de que sean necesaria (para evitar la estampa de pequeñas manos por todas las paredes), así hice uso de ella para darle un nuevo color al mueble de mi hija.
Ésta ha sido una forma muy sencilla, pero divertida de ambientar, recuperar y restaurar un viejo mueble al que al verlo por primera vez yo no estaba muy segura de querer darle una segunda oportunidad de vida útil y, hoy me encanta como se ve en la habitación de mi pequeña.