La razón principal para decidirte a instalar una ducha termostática es la ventaja de poder controlar la temperatura del agua de forma simple y confiable. El trabajo es simple, se necesitan pocos materiales y lo puedes hacer tú mismo. Además, los especialistas de instalaciones sanitarias recomiendan este cambio, por su practicidad.
Para realizarlo necesitarás una llave inglesa, o fija, y teflón en rollo para utilizarlo de manera eventual.
Procedimiento
1. Primero, cierra la llave general de paso del agua.
2. Abre el grifo tanto de agua caliente como de fría y comprueba que has cerrado bien las llaves de paso.
3. Desmonta la grifería antigua con la ayuda de la llave inglesa o con una llave fija. Un truco experto: afloja la grifería, apretando en forma alternativa la tuerca del agua caliente y la del agua fría. Así evitarás forzar las tuercas y la instalación nueva calzará más fácilmente.
4. Cuando hayas desmontado la grifería vieja, quita las perillas antiguas y sustitúyelas por nuevas. Éstas se insertan a rosca sobre la excéntrica.
5. Antes de montar la nueva grifería, es bueno que apliques unas vueltas de cinta de teflón sobre la rosca externa de la excéntrica (pieza giratoria). Esta es una medida de precaución extra, porque la grifería viene provista de una junta de goma que evita filtraciones. El teflón refuerza la goma, tras el desgaste natural por el uso; y también el aflojamiento de las tuercas.
6. Coloca las juntas de las tuercas, si no vienen ya montadas; todo depende del modelo de grifería. Calza la grifería y aprieta las tuercas con la mano y de forma alternada.
7. Al final, coloca el flexo, asegurándote que tenga su junta de goma. Ya puedes disfrutar de una ducha placentera.