Teñir la madera no es un trabajo demasiado complicado pero, como se suele decir, nadie nace enseñado y conviene tener en cuenta una serie de consejos a la hora de teñir objetos o muebles de madera sin tratar.
El primer paso es lijar bien la superficie a tratar en el sentido de la beta, de esta forma conseguiremos abrir el poro de la madera y que el producto penetre correctamente. Después de lijar debemos limpiar los restos de polvillo, ya sea pasando la aspiradora o con un trapo húmedo, lo importante es que cuando pasemos la mano por la superficie no se nos quede adherida ninguna partícula de polvo ya que cuando apliquemos el producto lo más probable es que se vea.
Cada madera y producto responde de una forma diferente por eso es muy importante probar el producto antes una parte no visible de la madera y experimentar distintos acabados. Yo en este caso he utilizado un colorante para la madera al agua en tono nogal sobre unos listones de pino sin tratar previamente.
En la primera prueba que hice apliqué el colorante al 100% de concentración sobre la madera con una brocha, de esta forma el acabado que se obtiene es bastante oscuro y apenas deja apreciar la beta de la madera.
Este tipo de acabado suele ir bien para darle un aspecto envejecido y añejo a la madera.
La siguiente prueba consistió en utilizar el colorante concentrado pero aplicándolo con una muñequera de algodón (también sirve un trapo viejo por ejemplo). En este caso vemos que el acabado deja ver mejor la veta de la madera pero es menos uniforme, se observan zonas más claras y otras más oscuras.
Este tipo de acabado nos puede ir bien para darle un aspecto industrial a la madera.
También podemos diluir el producto en agua, de esta forma conseguimos un tono mucho más suave que podemos ir aplicando en diferentes capas hasta obtener el color deseado. En este caso he puesto 6 partes de agua por una de colorante, lo he aplicado con la brocha y he retirado el producto sobrante con un trapo de algodón, consiguiéndose un acabado uniforma que deja apreciar la beta de la madera.
Este tipo de acabado es ideal para conseguir darle el tono deseado a una madera clara, de forma que vaya en consonancia con otros elementos de la estancia.
Por último se puede aplicar el colorante diluido en agua con un trapo, obteniendo un acabado menos uniforme que consigue resaltar algunas partes de la beta de la madera.
De esta forma se consigue tratar la madera proporcionándole un aspecto muy natural.
Una vez hayamos decidido el acabado y teñido que le vamos a proporcionar a la madera, debemos protegerla con un producto adecuado para interior o exterior, según el uso que le vayamos a dar. Para ello podemos utilizar un barniz mate o con brillo, aceite que nutre y embellece la madera o cera que ofrece un aspecto brillante, cálido y natural. Particularmente prefiero que la opción elegida sea incolora para no tener resultados no deseados de color o mezclas extrañas.
Espero que estos consejos os hayan servido de ayuda y os hayan aportado ideas para vuestros próximos proyectos, yo espero poder enseñaros en breve como ha quedado mi primera experiencia en este sentido.