Esos tejados son típicos en muchos países europeos, que disponen de grandes áreas boscosas La madera aísla muy bien del frío en invierno, y la disposición de las pequeñas tejas permite que el aire circule por debajo, lo que se traduce en una efectiva refrigeración en verano.
Una segunda cualidad es la estética: las tejas de madera, con su textura tan singular y su color, dan a la vivienda un aire rústico muy agradable.
Sin embargo, recientemente se han prohibido los productos que se aplicaban a la madera para impedir ataques de insectos y de hongos.
Ello se traduce en una menor duración del material, por lo que la industria investiga alternativas satisfactorias. Tejas de madera con el encanto de siempre, y con nuevos métodos que garanticen su duración.
¿Qué os parece cómo queda, lo pondríais en una casita de campo?