El mantenimiento del agua en invierno es necesario, ya que, aunque la época del año en la que más se aprovecha la piscina es, evidentemente, el verano, cuando llegan los meses fríos no conviene olvidarse de su cuidado. De hecho, es recomendable intentar llevar a cabo todas las actividades necesarias para comenzar a prepararla para la próxima temporada estival.
Además, en la actualidad, los problemas de escasez de agua son importantes y, por este motivo, cada vez son más los particulares que deciden conservar el agua de su piscina de un año a otro. De este modo evitan tener que llenarla por completo todos los veranos.
Mantenimiento del agua
En invierno conviene revisar cuidadosamente todos los sistemas de la piscina, como el de depuración, que es un elemento esencial para que el agua goce de buena salud. Sin embargo, la tarea más importante de conservación es la de mantener el agua limpia y en buenas condiciones. Para conseguirlo, los expertos recomiendan echar una cantidad de cloro menor a la habitual y hacer funcionar la depuradora una media de ocho horas a la semana.
Cada vez son más las pesonas que deciden realizar esta tarea y, por ello, los fabricantes han lanzado al mercado una serie de productos químicos especiales para esta época y que suponen mayor comodidad y sencillez. Y es que si se emplean estos productos basta con echarlos dos veces al año y con que, después de cada aplicación, se ponga la depuradora en funcionamiento para que se mezclen bien con la totalidad del agua.
Otro aspecto importante del mantenimiento es cuidar que la superficie no acumule demasiados desperdicios con el fin de evitar la formación de plactón o algas.
Estado óptimo del agua
El pH es el valor de acidez del agua y su cantidad ideal se encuentra entre el 7,2 y el 7,6 ya que, si es mayor, el agua aparacerá turbia y puede que aparezcan algas, mientras que si es inferior puede dar lugar a irritación en la piel y en los ojos. El pH es el responsable de que la piscina cuente con un aspecto radiante o de que, por el contrario, presente el agua turbia o poco transparente. Por ello, es el principal punto a controlar si se desea que la piscina se encuentre perfecta.
En cuanto al uso de desinfectantes, que constituyen un elemento esencial para mantener el agua en buenas condiciones higiénicas, hay que señalar que lo más común es emplear derivados del cloro, aunque también se puede efectuar desinfección sin éste. Cada fabricante indicará en el envase la cantidad de líquido que es necesario para matener una correcta desinfección. Estas instrucciones deben ser respetadas cuidadosamente.
Otro elemento empleado para conseguir un estado óptimo del agua son los alguicidas, sobre todo, cuando existe vegetación alrededor de la piscina. Si no se emplea este producto, el agua tomará un tono verdoso que comienza a extenderse por las juntas de gresite o por las paredes. En invierno no es imprescindible llevar a cabo un control tan severo de estos elementos, ya que nadie se va a bañar en ese agua. Sin embargo, si se descuida por completo, al año siguiente será necesario vaciar la piscina y limpiarla a fondo para volver a llenarla.
Ventajas de mantener la piscina en buen estado
El principal beneficio lo constituye el favor que se le hace al medio ambiente evitando hacer un consumo anual absurdo de agua. Sin embargo, conservar la piscina llena durante el invierno conlleva otras ventajas, como la de no perjudicar la estética del jardín, manteniendo este elemento de forma que proporcione belleza al conjunto del terreno. Además, esta opción implica que en el siguiente verano la piscina ya estará limpia y el propietario se ahorrará esta tarea, que es bastante costosa.
Cubiertas de lona
Con el fin de mantener el agua en buenas condiciones durante el invierno sin necesidad de estar limpiando constantemente la superficie, muchas personas optan por la colocación de una cubierta de lona que se encuentra anclada a los bordes de la piscina y que evita que se produzcan accidentes infantiles por caídas al agua en invierno. Los expertos señalan, además, que estas lonas reducen el gasto en los productos químicos necesarios para mantener el agua, ya que se encuentra más protegida de las agresiones externas.
En el mercado se comercializan cubiertas muy diferentes, ya sea en tamaño, en material, en la forma de los anclajes, etc. Por ello, antes de comprar uno de estos elementos conviene tener en cuenta una serie de factores, como si el lugar donde se va a ubicar es una primera o segunda residencia, el entorno en el que se encuentra el agua, el clima, etc. Y es que en ocasiones la compra de la cubierta no es rentable, porque el agua se puede mantener fácilmente mediante la utilización de los productos químicos tradicionales.
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