El mundo del aire acondicionado no se acaba en las frigorías. Aunque el sistema split es el más extendido en la mayoría de las viviendas, existen otras alternativas también muy interesantes para librarnos de los rigores del verano. Un ejemplo es la evaporación, que permite refrescar el ambiente con un efecto similar al que se produce con la brisa marina. Sin duda, un modo muy natural de no pasar calor en casa durante estos meses.
El aire acondicionado tradicional funciona a través de los splits. Normalmente necesitamos dos unidades o splits, uno externo y otro interno, conectados entre sí a través de tubos de cobre. En verano, la unidad interna obtiene el calor del ambiente y lo descarga en el exterior. Mientras, el aparato que está en el interior distribuye el aire fresco en la habitación. Todo el sistema se sustenta gracias a la electricidad, energía que hace funcionar los splits.
Inversión y ahorro
La tecnología por evaporación, sin embargo, utiliza el agua como fundamento de la refrigeración, con el consiguiente ahorro de energía. "Disponemos de dos tipos de productos: para uso industrial y para vivienda", nos explica Juan Rubio, gerente de Austral Air, empresa distribuidora en España de los productos de Seeley Internacional, compañía australiana de climatización especializada en sistemas evaporativos. Normalmente se necesita una inversión inicial de 18 euros por metro cuadrado para instalarlo, aunque se amortiza: se calcula que el consumo mensual es de 0,1 euros por metro cuadrado.
"Actualmente ya estamos introduciendo este sistema en casas de obra nueva. En inmuebles ya construidos, sólo es posible la instalación en viviendas unifamiliares, ya que hay que colocar un aparato en el techo y en los pisos es más complicado", nos detalla Rubio. "Este aparato se encarga de renovar con aire fresco el ambiente interior de la casa. A partir de ahí, es muy fácil distribuir el aire por toda la casa a través de falsos techos", nos explica.
Pero no hace falta instalación previa si no quieres. "También disponemos de aparatos individuales portátiles que se venden en grandes almacenes", asegura. En portátiles existen varios modelos, aunque el precio depende de su capacidad de climatización: para superficies de 10 m² cuestan 280 €(*); para 20 m², 339 €(*). Consumen 60 y 90 watios respectivamente.
Cómo funciona
La palabra técnica es enfriador bioclimático. Estos aparatos disponen de un ventilador que activa una bomba que hace circular el agua desde un tanque hasta la almohadilla (filtro), que queda mojada. A su vez, cuando el ventilador lleva aire de fuera de la habitación a través de la almohadilla mojada, se consigue una evaporación que enfría el aire. "Por eso deben estar cerca de una ventana entreabierta, que facilite la renovación del aire", puntualiza el gerente de Austral Air.
El resultado es una importante disminución de la temperatura interior, respecto a la exterior, a la vez que se renueva y purifica el aire, generando un efecto refrescante similar a la brisa marina. La denominación 'bioclimático' hace referencia a su valor medioambiental: no usa gases CFC y consume muy poca energía. "Además evitamos la recirculación del aire y que esté demasiado seco: la humedad relativa aumenta hasta el 60-70%", explica Juan Rubio.
En cuanto al mantenimiento, es conveniente limpiar la reserva de agua al final de cada estación del año. En ciudades y lugares más contaminados, habrá que hacerlo más a menudo. La almohadilla especial refrigeradora también se tiene que limpiar. Asimismo, la cambiaremos al menos una vez al año para garantizar un correcto funcionamiento.