Normalmente son cajas cuadradas o rectangulares, de madera sin pintar ni barnizar, únicamente suelen llevar inscrito el nombre de la bodega de la que provienen los vinos, por lo que el convertir una caja de vino no nos va a resultar complicado. Además, si no necesitamos un joyero podemos convertirla en un costurero o, simplemente, una cajita que nos sirva para guardar lo que queramos.
Lo primero que tenemos que hacer para convertir una caja de vino es pensar cómo queremos que sea nuestro joyero. En caso de que vayamos a dividirlo en compartimentos, tenemos que hacernos con unos retales de madera para separar. Necesitamos unos trozos pequeños, que nos pueden sobrar de cualquier sitio, pero si no tenemos podemos comprarlos en algún centro de bricolaje por muy poquito dinero.
Una vez tenemos las divisiones hechas, vamos a elegir el tipo de tapa que va a tener el joyero. Podemos dejar la tapa de la caja de vino tal cual, como viene o, mediante una sierra de calar con hoja de madera, serrar la tapa para hacer unos frentes y tener unos bonitos cajones en nuestro joyero. En este caso, debemos poner también unos tiradores.
Por último, sólo queda adornar, lijamos la madera con una lija de grano fino, únicamente para limpiar la caja de imperfecciones, pintamos el joyero como más nos guste y barnizamos. Puede quedaros tan bonito como el de nuestra amiga carol73, ¡mirad qué transformación!
¿Nos enseñáis vuestros tuneos? ¡Animaos a tunear cosas que no utilicéis!