El pasado fin de semana hubo una fiesta en el parque principal de la ciudad y estuve toda la mañana visitando los stands de actividades. La gran mayoría albergaba talleres infantiles, de jardinería por supuesto, pero también de otras labores más cercanas a nuestro hobby
Los stands de ecología estaban muy concurridos, sobre todo el de criaderos para insectos. Son esas casitas que vimos en este post, que favorecen el asentamiento de especies beneficiosas para el jardín, ya que se alimentan de pulgones y otros enemigos de las plantas.
De esa forma nos ahorramos el uso de plaguicidas, tan perjudiciales para el medio ambiente.
Las casitas que estaban fabricando los peques, guiados por los monitores, eran más sencillas que la antes citada. Cada niño se llevaba la suya al terminar, ¡y bien orgullosos que posaban todos mostrándolas al enjambre de adultos que les hacían fotos!
Aquí vemos a un pequeño bricolega martillo en ristre, enfrascado en el montaje.
La princesita del vestido de lunares, la benjamina del taller en aquel momento, cortaba con mucho tino las ramitas huecas, que deben tener la longitud precisa para sobresalir un poco de la caja.
Esta labor es doblemente ecológica, porque los niños aprenden a fabricar un objeto útil y decorativo empleando recortes de madera Esos trozos los seleccionaban, ayudados por los monitores, en otra parte del taller donde los adolescentes estaban fabricando mesas de jardín.
De esa manera, los peques asimilaban que podemos aprovechar los materiales residuales para realizar muchas cosas bonitas y prácticas.
Y aquí tenemos al pequeño bricolega muy ufano enseñando la caja que ha montado, lista para colgar en un árbol de su jardín
¿Hasd hecho algún trabajo de carpintería con tus hijos?
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