¿Alguna vez habéis pensado en hacer un mural en alguna pared de la casa? Lo cierto es que es una técnica decorativa muy llamativa que capta todo el protagonismo. Además, en zonas de la casa como las habitaciones infantiles o juveniles, las buhardillas e, incluso, los salones, puede quedar realmente espectacular.
El principal inconveniente a la hora de escoger un mural como decoración es que, si lo encargamos, puede llegar a ser realmente caro. Y, por su parte, pintarlo nosotros mismos puede dar cierto respeto. Sin embargo, existe una técnica que, si la aplicamos con paciencia, puede dar resultados muy satisfactorios.
Se trata de pintar el mural con ayuda de un proyector, el cual proyectará (valga de redundancia) el dibujo sobre la pared, permitiéndonos copiar el contorno. Así, tenéis la opción de recurrir a un proyector digital, si podéis conseguirlo, que se puede conectar directamente al ordenador donde tendremos guardada la imagen, o también un proyector de transparencias, para el que previamente tendremos que imprimir las imágenes en papel transparente.
Además, también podéis optar por fabricar vosotros mismos el proyector. Para ello sólo necesitaréis una caja. En un extremo tendréis que pegar el dibujo, que previamente habréis impreso en papel de seda, y, en otro extremo, ponéis una luz de potencia alta. Eso sí, al ser casero, deberéis jugar mucho más con la distancia y la posición en la que ponéis el proyector, para que la imagen no se deforme.
Además, si vuestro dibujo es muy sencillo, podéis probar a imprimirlo en papel de seda a un tamaño inferior y pegarlo en una linterna. El dibujo se proyectará sobre la pared, aunque deberéis aseguraros de que la linterna permanezca inmóvil mientras estéis copiando la imagen.
Una vez tengáis copiado el contorno de la imagen, podréis empezar a pintar y rellenar con pinturas acrílicas.
¿Qué os parece? ¿Os animáis a probar la técnica?
Imágenes: This Architecture y Whipup