Un aspecto fácil para darle uso al adhesivo es afín al desorden es el almacenamiento de tuercas, arandelas y tornillos. Dado que muchos bricolegas hacen sus trabajos el fin de semana, es un trastorno perder el escaso tiempo buscando la pieza necesaria, o, lo que es peor, saliendo a comprarla cuando la teníamos en el taller, oculta en el revoltijo. En este reportaje veremos cómo arreglar con un adhesivo el típico clasificador de tornillería que ha salido defectuoso.
Aquí tenemos el diminuto percance, que nos ocasiona muchas engorrosas pérdidas de tiempo. Esta cajonera tiene holgura en los diminutos paneles de separación, y lo que debía ser un eficaz clasificador se convierte en un caótico cajón de sastre.
Darle uso al adhesivo que vamos a emplear es una resina epoxídica. Este formidable pegamento se presenta en dos componentes, un adhesivo y un endurecedor. Al mezclarse reaccionan químicamente, y la pasta resultante se convierte en una roca.
Para que la reacción se produzca con total eficacia, debemos poner cantidades idénticas de adhesivo y endurecedor, y mezclarlos a conciencia hasta que la pasta sea perfectamente homogénea. La resina epoxi es un producto muy caro, y debemos procurar no derrocharlo.
Antes de remover la mezcla taparemos bien ambos tubos, procurando no confundir los tapones. Para evitarlo, los fabricantes ponen colores diferentes a los dos envases.
El mismo plástico que envuelve el producto sirve para hacer la mezcla. También podemos utilizar una pequeña plancha flexible, para que el sobrante una vez seco se desprenda fácilmente.
La resina es el adhesivo más duro, pero también el que más tarda en secar, y además carece de fijación inicial. Normalmente deben pasar horas antes de que se complete la reacción, debemos tenerlo muy presente al utilizar epoxi en un trabajo.
Al revés que otros adhesivos, la resina epoxi una vez preparada tiene largo tiempo de aplicación. Si hemos mezclado más cantidad de la necesaria, eso nos permite buscar otras piezas que necesiten reparación, a fin de no desperdiciar el producto.
Aplicamos la pasta resultante de la mezcla en ambos lados y también en el fondo, para que la pequeña compuerta divisoria quede sólidamente anclada.
Al manejar la resina epoxídica nos pondremos guantes sanitarios, de látex o de vinilo. Esta sencilla y barata precaución es muy aconsejable, para evitar mancharnos los dedos y que el producto pueda irritarnos los ojos en un descuido.
Y, por fin, nuestro clasificador de tornillería está plenamente equipado para hacer honor a su nombre, ya sin engorrosas mezcolanzas. Ahora desecharemos los guantes, y como precaución final nos lavaremos las manos.