Nuestra amiga Inexperta ha completado su fenomenal caseta de herramientas de pueblo. Dicho material, además de sus cualidades estéticas, facilitó mucho la ejecución del proyecto desde los cimientos. El marido de nuestra amiga, trabajando en solitario los fines de semana, realizó todas las tareas. Para la ubicación escogieron un discreto rincón lateral del jardín; vamos a seguir paso a paso la obra.
Aquí tenemos a la 'niña bonita' del jardín de Inexperta, un excelente proyecto de su marido que veremos detalladamente a continuación.
Para realizar la caseta de herramientas, se debe tener en cuenta el emplazamiento ya decidido, el terreno se ha excavado y apisonado para los cimientos. En esta fase inicial, el marido de Inexperta hizo el replanteo con piedras auténticas del derribo de su casa originaria, contaba nuestra amiga.
Aquí tenemos al competente oficial albañil, preparando el mortero con accesorio mezclador acoplado en el taladro. El suelo de la caseta quedará alzado mediante bloques de hormigón, una opción muy práctica y aconsejable. Las tablas de la base facilitan la comprobación de los niveles.
El suelo levantado aislará bien del frío y las humedades, a la vez que permite ocultar el tubo de los cables.
Como podemos apreciar, los cimientos de una caseta de madera, dada su ligereza, requieren poco material, y se ejecutan con bastante rapidez.
Con el suelo ya terminado, el artista prosigue con la estructura. El diseño íntegro de la caseta se debe al marido de Inexperta, quien compró las piezas y materiales necesarios en una carpintería y un almacén de construcción.
Para construir las paredes, nuestro amigo decide instalar un doble panel: por fuera friso de abeto, y por el interior aglomerado de 16 mm.
El diseño y la ejecución son realmente dignos de encomio. ¡Una pausa para la bien ganada cerveza!
Tras finalizar la colocación de los tableros del tejado, la primera labor para resguardar el interior de la lluvia es una imprimación de brea. A continuación va la tela asfáltica, que se adhiere fácilmente reblandeciendo la capa bituminosa con un soplete.
El artista inicia el panelado de la puerta, que irá forrada con las mismas tablas de abeto que llevan las paredes por fuera. Para los cortes emplea la sierra caladora.
Nuestro polifacético amigo culmina los trabajos en el interior colocando el suelo de la caseta, para lo cual aprovecha las baldosas sobrantes de una reforma en la vivienda.
Finalmente, tras el barnizado, vemos el espléndido resultado final, "a prueba de nevadas", según afirma con orgullo nuestra amiga. Inexperta colgó junto a la puerta un cuadrito pintado por ella misma. La piedra de la entrada apareció en el jardín, "pedía a gritos que le diéramos algún uso y finalmente se decidió ponerlo a la entrada de la caseta". ¡Fantástico trabajo, enhorabuena a los dos!