Se me ocurrió pintar de ambos lados para que, el día que quisieran cambiar, pudieran darle la vuelta a las vigas.
Era una madera de pino muy claro y se trataba de envejecerla bastante, porque incluso pintada, se vería mucho su aspecto nuevo. Le hice unas marcas y le di unos golpes para envejecer el material, luego tuve que limar los cantos con la escofina porque el corte era muy marcado.
He teñido las vigas con betún de Judea y luego he utilizado la pintura de tiza y la cera oscura para dar este aspecto envejecido. No saqué muchas fotos para este trabajo pero, considerando lo nuevas que venían las vigas, el resultado final se aprecia bastante... Con este trabajo, participo en los frugales de Marcela.
Anne
anne charriere